Una espesa niebla. Francia ha evitado la recesión, pero no lo está haciendo mucho mejor: durante el último semestre del año, la actividad económica no avanzó ni un ápice, según las cuentas provisionales del INSEE. Para el año 2023, el crecimiento alcanzará entonces, según las previsiones del INSEE, el 0,9%, nivel cercano a las expectativas presupuestarias del Gobierno del 1% (tras el 2,5% en 2022 y el 6,4% en 2021). “Este crecimiento anual se debe principalmente al fuerte aumento registrado en el segundo trimestre de 2023, habiéndose mantenido la actividad estable durante el resto del año”, advierte el instituto de estadística.
De hecho, el producto interior bruto (PIB), o la riqueza de Francia, había aumentado en primavera un 0,7%. En los otros tres trimestres, el progreso es desesperadamente nulo. En un contexto de aguda crisis inflacionaria, el rendimiento anual francés del 0,9% parece frágil, porque depende de unos pocos meses. Comparativamente, es de buena calidad, superior en cualquier caso al crecimiento medio de la zona del euro, previsto en torno al 0,6%. “Para ser honesto, alguien nos hubiera dicho hace un año, en plena crisis energética, que saldríamos de ella sin recesión y, en definitiva, con un crecimiento anual del 0,9%, nos habríamos sorprendido gratamente”, comentó el jefe del INSEE, Jean-Luc Tavernier, sobre France Inter.
En detalle, en el cuarto trimestre la demanda interna parece sombría. El consumo de los hogares y la inversión empresarial cayeron un -0,1% y un -0,6% respectivamente. Los franceses limitan notablemente sus compras de alimentos (-1,1% en el cuarto trimestre o -4,7% en el año). La crisis inmobiliaria se manifiesta en el descenso de la inversión en construcción (-1% tras el -0,4% del trimestre anterior, o -1,4% en el año) y en el de la producción en construcción (-0,7% en el cuarto trimestre lo que lleva la caída al -1% durante el año). De hecho, es el comercio exterior el que más contribuye al crecimiento a finales de año, con una fuerte caída de las importaciones (-3,1%), en particular de petróleo refinado (-9,8%). Las exportaciones, por su parte, se mantienen estables
Esta desaceleración de la actividad a finales de 2023 pesará en 2024. La ganancia de crecimiento para este año, es decir el nivel de crecimiento si la actividad ya no progresa, se limita al 0,1%. En estas condiciones, la previsión de Bercy de un crecimiento del PIB del 1,4% ya parece obsoleta. Para simplemente repetir el desempeño de 2023, la actividad económica tendrá que acelerarse rápidamente. En su último informe económico, el INSEE estimó que "la actividad podría entonces acelerarse ligeramente en el primer semestre de 2024 (previsión del 0,2% trimestral), gracias a la desinflación y a una recuperación moderada del comercio mundial".
