Este fin de semana se celebró en París la feria agrícola. El encuentro entre Emmanuel Macron y los agricultores fue duro. A pesar de los empujones, el Presidente de la República tomó la palabra para expresarse sobre las acciones que se pondrían en marcha para los agricultores. El Gobierno pretende, en su nueva ley agrícola, "facilitar" la instalación de reservas de agua para la agricultura, afirmó el lunes la ministra de Agricultura y Soberanía Alimentaria, Agnès Pannier-Runacher. "Vamos a facilitar (...) los trámites para la creación de obras de almacenamiento de agua" "simplificándolos", declaró el ministro en el Senado Público, en un contexto de malestar entre los agricultores que dura más de un mes.
“De lo que estamos hablando es de almacenar agua”, argumentó, refutando el término “cuencas”. “Desde que los seres humanos se dedican a la agricultura, han estado almacenando agua”, añadió. La construcción de reservas de agua adicionales para hacer frente al cambio climático es una de las demandas planteadas durante las manifestaciones. Algunos operadores piden la construcción de embalses, calificados de “reservas sustitutivas” por sus promotores y de “megacuencas” por sus detractores, llenados mediante bombeo a aguas subterráneas.
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A finales de enero, el ministro de Agricultura, Marc Fesneau, ya había demostrado su voluntad de acelerar la construcción de reservas de agua presentando un fondo de 20 millones de euros destinado a mejorar el almacenamiento y la eficiencia del riego. El sábado, durante una tormentosa visita con motivo de la inauguración del Salón Agrícola, Emmanuel Macron se comprometió a "reconocer nuestra agricultura y nuestra alimentación como un gran interés general de la nación francesa", que podría facilitar proyectos de este tipo. La medida aún debe explicarse, pero se asemeja a la presunción de gran interés público de la que pueden beneficiarse los proyectos de turbinas eólicas o plantas de energía solar, por ejemplo, cuando su construcción corre el riesgo de poner en peligro especies o hábitats protegidos.
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“Lo hice por las energías renovables”, afirmó Agnès Pannier-Runancher sobre la simplificación de los procedimientos administrativos. También calificó la idea de eliminar la agricultura de los tratados de libre comercio como una “enorme estupidez”. “Los tratados de libre comercio son la forma de regular el comercio” y “de imponer cláusulas de reciprocidad, cláusulas ambientales”, argumentó.
