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Posy Simmonds, dama del cómic inglés, coronada con el gran premio en Angulema

La francesa Catherine Meurisse, la británica Posy Simmonds y el estadounidense Daniel Clowes: el cartel de los finalistas al gran premio del festival de Angulema tenía, este año, un aire muy cosmopolita.

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Posy Simmonds, dama del cómic inglés, coronada con el gran premio en Angulema

La francesa Catherine Meurisse, la británica Posy Simmonds y el estadounidense Daniel Clowes: el cartel de los finalistas al gran premio del festival de Angulema tenía, este año, un aire muy cosmopolita. "¡Tan chic! ", "¡Tan británico! », nos sentimos tentados a exclamar tras el anuncio, el miércoles por la noche, por parte del presidente del jurado, Riad Sattouf, de la ganadora, Posy Simmonds, reina indiscutible del cómic inglés con un gusto furiosamente literario. A él le debemos la adaptación libre y muy contemporánea en novela gráfica de Madame Bovary de Flaubert, Lejos del mundanal ruido de Thomas Hardy y Un cuento de Navidad de Charles Dickens. A sus 78 años, nunca había sido finalista del premio, a diferencia de Catherine Meurisse, de 43 años, que se fue con las manos vacías por quinto año consecutivo. ¿Esperaría el valor el número de años?

De hecho, es un justo retorno para este grafómano londinense, que durante mucho tiempo ha permanecido a la sombra de los grandes hombres del cómic. Nunca ha sido el estilo de la casa presentarse. Demasiado trabajo -una columna para The Guardian, el diario inglés de centro izquierda con el que colabora desde hace medio siglo- y tres novelas gráficas muy logradas. Pero también el signo de una discreción natural en esta mujer de aspecto sabio que reserva todas sus picardías para una obra que se está realizando desde los años 80. Su notoriedad explotó realmente cuando los cineastas Stephen Frears y luego Anne Fontaine decidieron adaptar su película gráfica. Novelas para la gran pantalla. Recordamos a Tamara Drew con las deliciosas Gemma Aterton y Gemma Bovary, con la misma actriz esta vez junto a Fabrice Luchini. En Francia, Denoël ayudó a sacar a la luz a Posy Simmonds, publicando Gemma Bovery en 2010. Con este gran premio, la máxima distinción francesa en el ámbito del cómic, el editor recoge las semillas de lo que pacientemente ha sembrado.

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Posy Simmonds no pudo recoger su premio en Angulema, debido a una “pequeña intervención quirúrgica”, pero estuvo en París el pasado mes de diciembre para inaugurar la retrospectiva que le dedica actualmente la Biblioteca de Información Pública del Centro Pompidou. “Sigo haciendo lo que me encantaba cuando tenía 9 años: crear cómics”, nos dijo entonces, encantada por la acogida que tuvo su trabajo. Se sorprendió al ver nuevamente enmarcadas obras juveniles. En las pantallas descubrimos a una joven diseñadora que había estado expuesta a la revista Punch desde los 3 años, impulsada por sus padres, que regentaban una granja en Berkshire, a desarrollar su gusto por el dibujo. Conocimos a una joven inglesa que había venido a Francia para completar sus estudios en los años sesenta y finalmente regresó a Inglaterra adoptando la minifalda y dominando la lengua de Molière.

Fue en la prensa donde Posy Simmonds se inició en una época en la que los periódicos todavía encargaban muchos dibujos. The Guardian le ofrece estabilidad integrándola en sus páginas femeninas, un laboratorio especialmente fructífero a nivel editorial. La diseñadora creará allí su estilo, desviando el cursor para evocar a sus contemporáneos. “No me interesaban tanto los dibujos políticos, quería mostrar la vida de la gente. Estábamos hablando de divorcio, salario o aborto y resulta que recibí muchos correos de lectores que se reconocían en mis caricaturas”, señaló en diciembre. Observadora aguda, describe una sociedad inglesa que conoce bien: la de los intelectuales y futuros bobos londinenses, artistas y escritores en busca de reconocimiento, a menudo imbuidos de importancia personal y voluntariamente falócratas hacia las mujeres de las que tampoco se priva. No más fijar las secciones transversales. Su humor frío da en el blanco. También impone su estilo único como diseñadora, el que hará que sus novelas gráficas tengan éxito, nacido de una limitación, la del formato impuesto por la vida cotidiana, que le encarga cien episodios para reescribir la novela de Flaubert. La reconocemos por sus tableros repletos de texto que rodean un dibujo extremadamente logrado, hasta los detalles del zapato de un personaje o su forma de tomar té. “La forma en que agarras una taza también dice mucho de ti”, señala esta fina mosca.

Además de este toque singular, el gran mérito de Posy Simmonds es haber atraído al cómic a todo un sector de lectores que hasta entonces no tenían ningún interés por él. En Inglaterra, en 2004, fue la segunda autora de novelas gráficas en ingresar en la Real Sociedad de Literatura, el equivalente de nuestra Academia Francesa. En Francia, la talentosa Catherine Meurisse, cuya obra se puede comparar en ciertos aspectos, especialmente a través del prisma literario, fue admitida en el Instituto, en la Academia de Bellas Artes, en 2022. Como muchas de sus hermanas, hoy florece en un universo que diseñadores como Posy Simmonds han ayudado a abrir y transformar.

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