Una constelación de calas e islas rocosas, aguas turquesas como un cuadro de Van Gogh. ¿Grecia, Italia? No, un antiguo país comunista, conocido por sus búnkeres y sus Mercedes: Albania.
Su costa no tiene nada que envidiar a la de otros países mediterráneos, miremos un mapa: la tierra de las águilas se encuentra en el norte de Grecia frente a Italia. Al oeste limita con el Adriático y el Mar Jónico. El tiempo ? 300 días de sol al año. En el sur del país hay una magnífica costa, cortada por aguas cristalinas, acantilados y verdes colinas, esta es la Riviera albanesa. Se compone de castillos antiguos, cañones, limoneros, calas y playas solitarias, muchas playas. Populares o de moda, rocosas o escondidas, aquí están las más bellas.
Visto desde arriba parece un atolón, redondo y rodeado de agua clara. Allí tienes la impresión de estar en una isla del tesoro: rocas, colinas y este mar Jónico entre azul y esmeralda. La playa de Porto Palermo está escondida en una bahía del sur del país.
Parece sacado de un cuento de hadas: la isla alberga un antiguo castillo de forma triangular y tres torres de piedra caliza. Fue construido en 1804 por Ali Pasha, ex gobernador del Imperio Otomano. Hoy en día, el lugar ha conservado cierta sencillez: no hay bares ni tumbonas, se nada en el istmo de arena que conecta la isla con la tierra o, justo antes, en la playa de Palermo.
Enfrente, las montañas se elevan como humo. Es Corfú, la isla griega, a menos de cinco kilómetros de distancia, al otro lado del mar, la playa de Ksamil ofrece eso, un ambiente helénico: islas por todas partes y azul en todos sus matices. Ksamil se considera el balneario por excelencia: playas privadas, tumbonas, restaurantes. Venimos a comer pescado a la parrilla y bruschetta con los pies en el agua. Hace unos años, este pueblo sólo era conocido por los lugareños, que venían a relajarse los fines de semana. Hoy en día, Ksamil es un destino de moda. Mucha gente ? Posibilidad de alquilar hidropedales o motos de agua. O incluso ir a visitar las numerosas islas nadando.
En primer lugar está el acceso, un paseo de veinte minutos por un sendero costero. Una vez que llegas, tienes la sensación de estar en el fin del mundo: la playa de Gjipe está aislada, escondida detrás de un cañón de 800 metros de largo. Este lugar es uno de los más encantadores de la Riviera albanesa: 400 metros de guijarros y pequeñas calas rodeadas por acantilados de 50 metros de altura. Estamos al lado de Himarë, en el sur del país, donde el agua es más clara. Cuando el mar lame la pared de roca, las cuevas se llenan de espuma cristalina, todo un espectáculo. Cuando hace buen tiempo, se pueden explorar estas cuevas.
Acceso: aparcar en el monasterio de Saint-Théodore entre la ciudad de Iljas y Dhërmi y luego caminar 2,5 kilómetros hasta la playa. O alquila un kayak en la cercana playa de Jale.
Fue hace mucho tiempo, hace más de 2000 años, en la antigüedad. Aquí paraban los navegantes que recorrían la costa. Así se puede comprobar en los mil antiguos grabados griegos y latinos en las paredes de roca de este yacimiento arqueológico: la bahía de Grama, en la península de Karaburun. Las cuevas añaden misterio a este idílico lugar: aguas turquesas, guijarros blancos, densa vegetación.
En definitiva, una cierta idea de paraíso: un único restaurante, sin red telefónica y acceso reservado a los más motivados. Para llegar hay que caminar 13 kilómetros por un sendero costero desde Palasë. De lo contrario, tome un barco desde Dhermi y espere un viaje de 40 minutos. En barco, muchas cuevas para explorar.
Está allí, abajo, enclavado entre dos estribaciones rocosas. Casi parece tímido, con sus 200 metros de finos guijarros. De pequeñas dimensiones, la playa de Llaman no es menos popular: alquiler de sombrillas y tumbonas, fiestas de la espuma y música electrónica en verano. ¿Demasiada gente en la arena? Posibilidad de extender la toalla sobre las rocas cercanas y darse un chapuzón en el agua clara. Situada a pocos kilómetros de Himarë, a lo largo de la carretera principal SH8, la playa de Llaman es también un famoso lugar de buceo.
Desde Dhermi, localidad situada a 200 metros sobre el nivel del mar en la ladera de la montaña, la costa se extiende como un largo paréntesis azul y ocre. Baja, estás en una de las playas más bonitas del país: pequeños guijarros a lo largo de más de un kilómetro, agua turquesa y sombrillas que se pueden alquilar por 1.000 lek (unos 10 euros). Un poco más al norte, por la carretera SH8, está también la de las Drymades: 2 kilómetros de arena fina, pinares, calas aisladas y bahías escondidas.
