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Acoso: enfermeras escolares denuncian falta de recursos para ayudar a las víctimas

Nicolas el 5 de septiembre, Lucas el pasado enero, Lindsay, Marie.

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Acoso: enfermeras escolares denuncian falta de recursos para ayudar a las víctimas

Nicolas el 5 de septiembre, Lucas el pasado enero, Lindsay, Marie... Más de 700.000 niños son víctimas de acoso escolar cada año en Francia, y el 90% de ellos lo ignoran. Ante esta lacra, las enfermeras escolares son las primeras personas en escuchar a los estudiantes que son víctimas de acoso en la escuela.

Pero en la realidad sobre el terreno, entre la falta de personal, la sobrecarga de trabajo y los salarios poco atractivos... Los enfermeros de la Educación Nacional deploran las condiciones de trabajo que no les permiten apoyar adecuadamente a los jóvenes víctimas de acoso. Sandie Cariat, enfermera de un colegio de Montpellier, testifica con dolor: “Una joven de mi establecimiento presentaba un profundo malestar tras haber sido víctima de acoso. Desafortunadamente no pudimos apoyarla e intentó suicidarse en la escuela”.

"Estamos capacitados para identificar la infelicidad en los niños, nos sabemos las señales de alerta de memoria", explica Violaine Mengin, enfermera escolar en un instituto hotelero de Bretaña. Y estas señales son múltiples: “Dolor de estómago, dolor de cabeza, aparición de fobia escolar, ataques de ansiedad…”, enumera el profesional de la salud. Porque detrás de la “bobología”, como le gusta llamar a estos síntomas físicos, “a menudo detectamos un profundo malestar psicológico”.

Pero "no todos los niños son capaces de verbalizar su sufrimiento", explica Saphia Guereschi, secretaria general del sindicato SNICS-FSU. De ahí la importancia de la presencia de enfermeras cuya función es “tranquilizar, dar libertad de expresión, apoyar y en ocasiones reorientar al niño hacia psicólogos o psiquiatras”. Violaine Mengin añade que son fácilmente accesibles para los estudiantes: “No tienen ninguna restricción para venir a vernos; es sin cita previa y sin la presencia de los padres”.

Cuando una enfermera escolar descubre que un estudiante es víctima de acoso, sigue un protocolo muy específico. “Evaluamos su salud mental y suicida, alertamos a los padres, al director, al CPE y a la dirección del centro”, explica Gwenaëlle Durant, secretaria general del sindicato de la educación SNIES-UNSA.

“Ayer mismo me enteré de que un estudiante de un internado fue filmado sin su conocimiento por sus compañeros de habitación, quienes luego difundieron el vídeo en las redes sociales”, dice Violaine Menguin antes de continuar su relato: “Recibí al estudiante que inmediatamente me contó los hechos. Fue atendido y el acosador fue excluido del establecimiento por el momento.

Pero a veces el acoso puede ser “más insidioso”, informa el profesional de la salud. “Puede implicar algunos insultos en los pasillos. Lo cual para nosotros es más complicado de detectar porque los niños tenderán a minimizar los hechos”, añade. Por eso las enfermeras necesitan pasar tiempo con los estudiantes durante las “entrevistas” para “discutir con ellos y establecer una relación de confianza”. Pero las enfermeras no tienen este precioso tiempo individual con el niño.

"No puedo dedicar este tiempo a los estudiantes porque me molestan constantemente las llamadas de los profesores, de los padres o de la dirección", afirma Sandie Cariat, que se ocupa sola de una escuela de 800 estudiantes, además de 300 estudiantes, 3,5 días. por semana, distribuidos entre las escuelas primarias de su sector. "Cuando estamos en una entrevista, siempre tenemos a otro estudiante esperando detrás de la puerta, a veces con lesiones físicas graves, por lo que son más urgentes inmediatamente", relata amargamente Violaine Mengin, que trabaja en un hotel de secundaria donde los cortes y las quemaduras son habituales. “Es muy frustrante saber que podemos ayudar a estos jóvenes pero no tenemos los medios”, afirma.

Estos profesionales de la salud denuncian también que no están integrados en misiones gubernamentales de lucha contra el acoso como el sistema PHARe, lanzado en 2020 y que forma equipos educativos y docentes para hacer frente a esta lacra. “Nunca se nos cita ni se nos consulta sobre esta cuestión que, sin embargo, pertenece a nuestro ámbito de especialización”, afirma Gwenaëlle Durand.

Cuando contactamos, el Ministerio de Educación Nacional no pudo responder de inmediato a nuestras solicitudes. Sin embargo, el artículo 5 de la ley del 2 de marzo de 2022 que tipifica como delito el acoso escolar y que pretende combatirlo menciona la obligación de la “comunidad educativa” de involucrar a las “enfermeras” en los “procedimientos destinados a la prevención, detección y tratamiento de actos constitutivos de acoso.

Esta situación empuja a algunas enfermeras escolares a abandonar la profesión. “El 10% de las enfermeras se marcharon en 2021 y esta cifra sigue aumentando”, advierte la secretaria general del SNICS-FSU, Saphia Guereschi. Las Academias de Isla de Francia, como Versalles y Créteil, están especialmente preocupadas, así como Córcega, donde “el 20% de los puestos no están ocupados”, comunica. Cabe recordar que Francia cuenta con 7.816 enfermeras, de las cuales 285 cursan estudios superiores.

Desde 2021, los sindicatos han estado pidiendo al gobierno, pero dicen no haber recibido respuesta. "Sólo se han creado 34 puestos desde 2017, mientras que el número de consultas aumenta cada año, pasando de 15 millones en 2015 a 18 millones en 2018", según una estimación interna del sindicato SNICS-FSU, transmitida por SNIES-UNSA Educación.

Los profesionales de la salud reiteraron sus demandas durante una audiencia en la Asamblea Nacional el martes pasado y esperan "haber sido escuchados".

Los salarios poco atractivos de la profesión también actúan como una barrera para la contratación y, por tanto, para un buen apoyo a los estudiantes. El salario medio de las enfermeras escolares es de “2.040 euros al mes”, indica Saphia Guereschi. “Somos las enfermeras peor pagadas porque no recibimos el complemento salarial indexado (CTI) (una prima establecida por el Seguro de la salud que se paga a los agentes de hospitales y residencias de ancianos, nota del editor)”, ilustra el sindicalista.

Así, para mejorar sus condiciones laborales, las enfermeras exigen la creación de 15.000 puestos. La única solución que permitiría, según ella, tener una enfermera para 500 alumnos en cada establecimiento escolar.

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