El Stade-Vélodrome es el lugar de moda en Marsella. Después del Papa, fue el Medef local el que celebró allí el jueves la 23ª edición de su misa mayor anual. Más de 3.000 jefes o ejecutivos de la región asistieron a mesas redondas sobre la transformación de la región por parte de las empresas. Un tema amplio, en torno a cambios profundos y extremadamente rápidos vinculados a limitaciones ambientales, geopolíticas y digitales que impactan el modelo occidental. Expertos, empresarios y políticos han abordado estas cuestiones de manera a menudo consensuada. Faltaba el top 20, que reúne a las 57 empresas con más de 100 millones de euros de facturación en Bouches-du-Rhône. El atractivo del territorio es la razón de ser de este club que cuenta con 120.000 millones de facturación acumulada y 500.000 empleados. Con dos grandes prioridades: más seguridad y más formación. “Los saqueos del pasado mes de junio y los incesantes ajustes de cuentas dan al mundo una imagen catastrófica de Marsella. "Es un verdadero obstáculo para atraer a los ejecutivos de alto nivel que necesitamos, particularmente en sectores estresados vinculados a la tecnología, donde la competencia global es feroz", resume su presidente, Serge Magdeleine. Para el director general del Crédit agricole Alpes-Provence, “Marsella se está consolidando tecnológicamente como una de las mayores encrucijadas de Internet europea, pero los jóvenes, sobre todo los extranjeros, dudan en venir a instalarse aquí. Además, faltan escuelas para formar ingenieros a nivel local”.
