Tras la Asamblea Nacional, el Senado aprobó el miércoles la creación de una tarjeta profesional para los profesionales de los servicios de ayuda a domicilio, una de las principales medidas de un proyecto de ley sobre "envejecer bien". Destinada a facilitar el reconocimiento del trabajo de los ayudantes a domicilio, esta tarjeta se concederá a todos los trabajadores a domicilio que presenten una “certificación profesional” o puedan demostrar “dos años de práctica en actividades de intervención en hogares de personas mayores y discapacitadas”. según la medida adoptada por el Senado.
Al igual que los diputados durante el examen de este texto a finales de 2023, los senadores optaron por un sistema duradero, mientras que el proyecto de ley inicial, procedente del campo presidencial, sólo preveía un experimento. "Es una propuesta pequeña, pero tiende a reconocer estas profesiones que son extremadamente arduas y difíciles", destacó la senadora socialista Corinne Féret. "La cuestión es esencialmente simbólica", continuó la relatora centrista Jocelyne Guidez.
La nueva ministra de Solidaridad, Catherine Vautrin, expresó sus dudas sobre la formulación del Senado, que consideró "amplia", temiendo que "profesionales de la limpieza o entrenadores, deportistas u otros", puedan ser integrados por error en el dispositivo. Los senadores también adoptaron un artículo que prevé el pago de una ayuda financiera anual a los departamentos, con el fin de cubrir los gastos de transporte de los profesionales de ayuda a domicilio. Querían ampliarlo permitiendo que este fondo financiara la obtención de permisos de conducción para estos profesionales. La ex ministra Aurore Bergé había prometido 100 millones de euros para esta asignación, según confirmó el miércoles su sucesor.
El Senado también retomó numerosas medidas introducidas en la Asamblea en este amplio texto sobre autonomía. Así, suprimió una disposición que incluía entre los objetivos del “contrato de residencia” en residencias de ancianos el hecho de garantizar al residente el derecho a “una vida afectiva y sexual”. Se opuso a una medida gubernamental destinada a "obligar" a los hogares de ancianos privados a dedicar una fracción de sus ganancias a mejorar el "bienestar" de sus residentes. Los senadores también debatieron el derecho de los residentes a alojar a sus mascotas en residencias de ancianos. Si bien la Asamblea había propuesto un derecho exigible, el Senado prefirió dejar que los establecimientos decidieran caso por caso. Para el martes está prevista una votación solemne sobre todo este proyecto de ley en la Cámara Alta.
