¿Es esta otra señal de un renacimiento en marcha? Los trenes nocturnos se multiplican en Europa y parecen dispuestos a conquistar a los viajeros. Mientras la empresa austriaca ÖBB y su filial Nightjet encabezan esta revolución ferroviaria, otros actores también intentan cambiar el sector. Este es el caso del Sleeper Europeo.
El pasado mes de mayo, la cooperativa belga-holandesa puso en marcha una línea que une Bruselas con Berlín, pasando por Amsterdam, con seis viajes de ida y vuelta por semana. Diez meses después, la empresa amplió la ruta hasta Praga. Desde el 25 de marzo, los viajeros pueden continuar su viaje hacia Dresde y la capital checa, con paradas en Bad Schandau, Alemania, pero también en Děčín y Ústí nad Labem, en la República Checa.
Este lunes 25 de marzo el primer tren de esta nueva ruta salió de Bruselas para viajar a la República Checa. Un acontecimiento retransmitido por la prensa y por muchos amantes de los trenes. Y European Sleeper no pretende quedarse ahí. "Nuestro objetivo es añadir una nueva ruta cada año para poder seguir contribuyendo a una red de transporte europea más integrada y sostenible", afirmó en un comunicado Elmer Van Buuren, uno de los dos cofundadores de la cooperativa. En un panorama ferroviario dominado por empresas nacionales, European Sleeper es uno de los pocos operadores privados que ha entrado en el mercado de trenes nocturnos.
Los precios para Bruselas-Praga comienzan en 49 euros por asiento y 79 euros por cama en compartimento compartido. Precios que tienden a cambiar rápidamente dependiendo de la demanda. Cuente, por ejemplo, 89 euros por un asiento si reserva el 17 de abril, y 119 euros por una litera en un compartimento. Por una cabina privada tendrás que pagar casi 280 euros. Aún así, la alternativa debería atraer a algunos, ya que el tren tiende a volverse más popular en un momento de emergencia climática y un llamado general a utilizar una movilidad más suave.
La apertura de esta línea constituye también una nueva opción para viajar a Europa del Este. Desde París es posible llegar a Bruselas y luego tomar un tren con destino a la ciudad de Kafka. La compañía ofrece tres trayectos Bruselas-Praga y tres Praga-Bruselas por semana, aproximadamente a las 15.30 horas. Hasta ahora, una de las mejores alternativas era tomar un tren nocturno entre París y Viena (unas 15 horas de viaje), y luego hacer el viaje entre Viena y Praga (4,5 horas en tren).
En cuanto a European Sleeper, la compañía debería continuar su crecimiento, con el lanzamiento de una nueva ruta que conectará Amsterdam, Bruselas y Barcelona a principios de 2025 o 2026, con un paso por el sur de Francia. "Hay mucho potencial", nos dijo Elmer Van Buuren el pasado mes de junio. "Las principales dificultades que encontramos son la falta de trenes para utilizar, pero también el problema de coordinación entre países, especialmente en Francia". El desafío es grande.
