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En Sudáfrica, viajar al ritmo de los cortes de luz

Es una hermosa tarde de enero en Sudáfrica.

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En Sudáfrica, viajar al ritmo de los cortes de luz

Es una hermosa tarde de enero en Sudáfrica. En la terraza de un restaurante de Kalk Bay, un pequeño puerto pesquero no lejos de Ciudad del Cabo, el aire es dulce y las discusiones animadas alrededor de las mesas. El océano vierte tranquilamente sus olas a lo lejos. Cuando de repente todo se vuelve negro. Se acabó la luz, los clientes ahora están a oscuras. Sin embargo, no dan señales de pánico. Los generadores de emergencia tardan un buen minuto en arrancar y reiniciar la electricidad. Se podría pensar en una avería ocasional. En realidad, todo esto forma parte de la vida cotidiana, la del deslastre de carga (o délestage en francés). El establecimiento no fue el único afectado esa noche. Algunas calles quedaron completamente a oscuras, lo que obligó a algunos de los clientes a regresar antes a sus casas.

Este fenómeno, que apareció a finales de 2007, no es nada nuevo. Sin embargo, se intensificó a medida que la red eléctrica se deterioró. El deslastre de carga corresponde a “un sistema de racionamiento eléctrico”, explica Thierry Vircoulon, investigador asociado del Instituto Francés de Relaciones Internacionales (Ifri) y especialista en Sudáfrica. "No hay forma de escapar porque funciona en una rotación territorial". El deslastre de carga se produce cuando hay una alta demanda en la red eléctrica nacional, lo que provoca una interrupción del suministro. Por tanto, los cortes de energía se organizan según un calendario preciso, que cambia de una semana a otra, para mantener la red eléctrica. Estos tramos, que generalmente duran dos horas (excepto en el caso del nivel 6, es decir, de mayor deslastre de carga, donde pueden llegar a las cuatro horas), son diferentes según el distrito y más o menos intensos según el período.

En el país de Nelson Mandela, estos cortes inoportunos están asociados a un nombre, el de Eskom, la EDF sudafricana que produce cerca del 90% de la electricidad del país. Años de mala gestión y corrupción dentro de la empresa estatal han afectado significativamente las redes eléctricas. “Eskom se ha convertido en el símbolo del mal gobierno en Sudáfrica”, resume Thierry Vircoulon. Y algunos años han sido más difíciles que otros, como 2023, considerado uno de los peores, con un récord de 332 días de desconexión de carga en todo el país. Tantas dificultades que afectan gravemente a todos los sectores económicos, incluido el turismo (la Nación Arcoíris es uno de los países que acoge más visitantes extranjeros en África). Los profesionales han tenido que adaptarse, a veces a la fuerza, para no ahuyentar a su clientela internacional.

Aparte de determinados servicios públicos, como los hospitales, se salva poca infraestructura. “Antes estábamos menos preparados y eso podía ser un verdadero problema para los turistas. Recuerdo que los huéspedes se marchaban de los hoteles porque no podían darse una ducha caliente. Hoy en día, la mayoría de la gente lo ve como parte de la experiencia sudafricana”, dice Bevan, un guía sudafricano que trabaja en la región de Ciudad del Cabo, en el suroeste del país. Ya sean restaurantes, tiendas o atracciones turísticas, todos han aprendido a borrar los efectos indeseables de estos recortes, mediante la adaptación o la inversión. Empezando por los alojamientos turísticos que más electricidad consumen.

Muchos establecimientos han iniciado un verdadero cambio para evitar que estos “apagones” reduzcan su facturación. Uso de generadores, uso de energía solar o inversores (UPS), que permiten mantener un suministro eléctrico ininterrumpido... “Las empresas hoteleras son cada vez más autónomas en términos de electricidad. La crisis energética ha ofrecido al sector turístico y hotelero una oportunidad increíble para acelerar su transición hacia fuentes de energía alternativas o verdes, a un ritmo más rápido”, explica a Le Figaro Rosemary Anderson, presidenta de Fedhasa, asociación que representa a los profesionales de la industria hotelera. .

Hoy en día, según el tipo de establecimiento elegido, puede resultar difícil percibir el fenómeno. Algunos viajeros pueden incluso pasar una estancia entera en Sudáfrica sin prestarle atención. Entre los buenos estudiantes: los “safari lodges”, estos establecimientos que forman parte de los safaris. Muchos han adoptado la energía solar desde el principio, una forma de ganar autonomía (y luz), pero también de dar un paso hacia una transición ecológica. Sin embargo, las inversiones para compensar estas averías resultan muy costosas, especialmente en el caso de estructuras pequeñas como las casas de huéspedes. Las instalaciones no siempre son las adecuadas, al igual que los generadores, lo que provoca contaminación acústica.

Por tanto, las pensiones deben utilizar su imaginación para satisfacer a sus clientes. “En el momento del corte de carga, les recomendamos que mantengan wifi en su propiedad. Los clientes prefieren tener Internet antes que televisión. También podemos sugerir que nuestros huéspedes vayan a un restaurante durante este tiempo. De esta manera, una vez que regresen, podrán beneficiarse de la electricidad. También se pueden añadir velas para crear un efecto romántico”, afirma Rosemarie van Staden, propietaria de una casa de huéspedes en Pretoria y presidenta de la Asociación Nacional de Alojamiento de Sudáfrica (NAA-SA), que representa a 800 establecimientos. Cuando la llamamos, está en pleno desprendimiento de carga. Sin embargo, cuesta percibirlo a través de una pantalla. Las luces del techo están encendidas y Internet funciona. "Utilizamos bombillas LED recargables, además de un enrutador para wifi", explica.

También se distribuyen luces de emergencia en las habitaciones para evitar que los huéspedes queden a oscuras. Muchos hoteles también mantienen aire acondicionado o ventilación. Para todos estos profesionales del turismo funcionan dos consignas: comunicar y compensar. En cuanto a los viajeros, se suma otro a la lista: anticiparse. “Puede llamar con anticipación y preguntar si el área que está visitando está experimentando una pérdida de carga. Si este es el caso, infórmese sobre generadores de respaldo o un suministro de energía alternativo”, aconseja Turismo de Ciudad del Cabo, la oficina de turismo de la ciudad. Algunas aplicaciones también permiten conocer los tiempos de deslastre de carga, como ESP (EskomSePush). A menudo, la red móvil se mantiene, incluso durante los cortes.

Algunos accesorios pueden resultar muy útiles, como una batería autónoma y una linterna. También adoptamos ciertos reflejos. “Lleve consigo dinero en efectivo, ya que la mayoría de las máquinas expendedoras no pueden funcionar sin electricidad. Asegúrese de que su teléfono móvil, computadora portátil y tableta estén siempre completamente cargados cuando haya energía disponible”, continúa la Oficina de Turismo de Ciudad del Cabo. Una forma de ser resiliente, como los sudafricanos que desde hace tiempo adoptan este lema: adaptarse una y otra vez.

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