En las ventanas de la futura Fundación Cartier imaginada por Jean Nouvel, frente al reflejo del Consejo de Estado, se ha instalado una orquesta. La cita estaba fijada para el 26 de junio a las 14:00 horas. Los músicos vinieron de toda Francia para "tocar la serenata bajo las ventanas de Rima Abdul Malak, la Ministra de Cultura". Detrás de esta orquesta improvisada: dos sindicatos, el SNAM-CGT y el Sindicato Nacional de Músicos y del Mundo de la Música (SN3M-FO).
Los músicos están alarmados por una oferta musical en declive. Para superar las dificultades financieras, algunas óperas han sido desprogramadas, reemplazadas o incluso cerradas por completo durante unos meses. Denuncian “el declive de la vida musical”. Entre la obertura a Carmen, de Bizet y una marcha fúnebre de Beethoven, un músico de la orquesta de Lille se preocupa por "las subvenciones estancadas durante 12 años que hacen incierto el futuro". “Es una misión de servicio público de la cultura la que está bajo ataque”, agrega.
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Un violonchelista de la Ópera de Lorena advierte sobre la supresión de representaciones. Una músico de la ópera de Tours denuncia los trabajos precarios a los que se enfrentan los músicos de su formación musical. “En Tours, la competencia por ser parte de la orquesta lleva a un CDD, y la contratación de artistas se convierte en una variable para ajustar el presupuesto”, explica. Su pedido: un CDI para músicos.
Desde hace meses, los profesionales de la Ópera vienen advirtiendo sobre una situación que se ha vuelto más que crítica. Casi en todas partes en Francia, los directores de ópera están desprogramando o reemplazando espectáculos con versiones de concierto, o incluso cerrando durante varios meses para reducir costos. Objetivo: no bajar del todo el telón. De Nantes a Montpellier pasando por Lille, Toulouse o incluso Mulhouse, no se salva ninguna estructura. Emmanuel Hondré, director de la Ópera de Burdeos, confió en las columnas de Figaro que su estructura tuvo que hacer frente a “un coste salarial adicional de 500.000 euros y el de energía de 1,5 millones de euros”. En la Opéra national de Lorraine, el agujero ya ascendía a 430.000 euros en febrero, según su director Matthieu Dussouillez.
En marzo se reunieron comunidades, Ministerio de Cultura y sindicatos. A partir de este debate, Rima Abdul Malak anunció la firma de un Pacto de Compromiso para las orquestas. Y esto es considerado muy insuficiente por los músicos que reclaman la refinanciación de sus orquestas y óperas, el aumento del número de producciones en interés del público así como un plan para reducir la precariedad del personal cuyos contratos son de duración determinada. Según la nota de prensa intersindical que anuncia la “manifestación concierto”, “al ritmo que van las cosas, si no se hace nada, en unos meses tememos pasar de la etapa de cierres temporales a la de cierres permanentes”.
