Es uno de los símbolos de Japón, y también uno de los sitios más afectados por la masificación. A partir del 1 de julio de 2024, para escalar el Monte Fuji habrá que pagar un impuesto cuyo importe debería revelarse a finales de febrero. El número de excursionistas también se limitará a 4.000 por día en el sendero Yoshida. En 2023, entre los 221.322 turistas que subieron al punto más alto del país (3.776 m), la mitad tomó esta ruta considerada la más fácil, la más accesible desde Tokio y la mejor equipada con instalaciones y refugios.
Otra medida: los senderistas no podrán realizar ningún sendero entre las 16.00 y las 2.00 horas. Por lo general, muchos de ellos inician su ascenso al final del día o incluso en mitad de la noche para llegar a la cumbre antes del amanecer. Sin embargo, aventurarse por los senderos en completa oscuridad sin dormir en los refugios presenta riesgos para la seguridad, recuerda el gobierno de la prefectura de Yamanashi en el periódico Asahi.
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Con este nuevo reglamento, las autoridades quieren proteger el medio ambiente del sitio declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Si bien las rutas de acceso sólo son accesibles durante dos meses al año (generalmente desde principios de julio hasta principios de septiembre), el Monte Fuji experimenta una acumulación de residuos. Actualmente, se invita a los excursionistas a donar 1.000 yenes (7 euros) para ayudar a mantener el sitio, pero muy pocos lo hacen. A partir de este verano, los agentes serán los encargados de cobrar el impuesto en la entrada a los senderos.
Si bien acogió a 25 millones de viajeros en 2023, el archipiélago japonés espera volver este año a los niveles de asistencia de 2019. Y el país teme los efectos nocivos de esta afluencia, tanto para el medio ambiente como para la vida cotidiana de los japoneses, cada vez más molestos por incivilidad. Japón está empezando a aplicar una tasa a la entrada de varios lugares especialmente visitados. Así, desde el 1 de octubre de 2023, los visitantes del santuario de Itsukushima, conocido por su torii rojo (puerta tradicional japonesa, nota del editor), deberán pagar un impuesto de 100 yenes (0,63 euros) que se añade al billete de entrada.
El problema de los residuos afecta a muchas otras cumbres montañosas de todo el mundo. En Francia, los alpinistas que se dirigen hacia la cima del Mont Blanc deben tener una reserva en uno de los refugios habituales de la ruta. Por tanto, su número se limita a 214 por día. En el Himalaya se acumulan desde hace décadas tiendas de campaña, botellas de oxígeno y plásticos de todo tipo, transformando la cumbre del mundo en un vertedero al aire libre. Una situación que acaba de empujar a un equipo de montañeros franceses a bajar varias toneladas de estos residuos.
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