Kai Bird acaba de regresar del Festival de Literatura de Jaipur, donde firmó ejemplares de su biografía de Robert Oppenheimer, el padre de la bomba atómica, a cientos de jóvenes indios. Un soplo de aire fresco para un libro publicado hace casi veinte años.
Esta segunda juventud la debe al rotundo éxito de Oppenheimer, la superproducción en la que Christopher Nolan basó su biografía del científico. Titulada Robert Oppenheimer: triunfo y tragedia de un genio, ganó el premio Pulitzer en 2006. "Es realmente un fenómeno sorprendente", dijo a la AFP el historiador Kai Bird. "Soy probablemente el biógrafo más afortunado del planeta".
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La película de Christopher Nolan fue el cuarto intento de adaptar este libro de 720 páginas dedicado a Oppenheimer, un científico aclamado por primera vez como un héroe antes de ser humillado públicamente unos años más tarde. Los intentos anteriores no lograron convencer a los jefes de los estudios de Hollywood: encontraron el tema demasiado difícil, demasiado controvertido o demasiado complicado, según Kai Bird. “Mirando hacia atrás, estoy feliz por eso, porque entonces apareció Nolan. Y produjo algo que, en mi opinión, es bastante especial”, continúa el biógrafo, coautor del libro con Martin J. Sherwin.
Incluso con una duración de tres horas, la película no puede recuperar la totalidad de una obra concebida a lo largo de 25 años, entre la necesaria investigación y la escritura. La biografía recuerda en particular la infancia adinerada de Oppenheimer, con niñeras y chóferes en un lujoso apartamento de Nueva York decorado con obras de Picasso, Cézanne y Van Gogh. El libro también aborda las múltiples crisis y pensamientos suicidas del científico durante sus veintes. Y el final de su vida, lo pasó en una pequeña casa en la playa del Caribe. Pero Kai Bird acoge con satisfacción esta adaptación, que supo centrarse en la “actualidad” del personaje y su influencia en nuestros tiempos. "La generación más joven ve la película y se da cuenta de que ellos y sus padres se han vuelto demasiado complacientes con la bomba atómica", observa.
La semana pasada, el presidente ruso Vladimir Putin volvió a hablar de la “amenaza real” de una guerra nuclear vinculada a su invasión de Ucrania. El biógrafo también cree que la falta de científicos dispuestos a intervenir en el debate público, en una época sacudida por importantes cambios tecnológicos como el desarrollo de la inteligencia artificial, es una consecuencia directa del trato reservado en los años cincuenta a Oppenheimer, desacreditado por sus simpatías comunistas.
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"Fue humillado y destruido como intelectual público, precisamente porque utilizó su experiencia científica para hablar sobre la proliferación nuclear", recuerda el biógrafo. "Esto envía un mensaje a los científicos de todo el mundo: 'tengan cuidado de no salirse de su limitada área de especialización'".
El escritor también señala que la caza de comunistas liderada por el macartismo hace más de 70 años estructura la vida pública actual en un Estados Unidos ultrapolarizado incluso más de lo que pensamos. El mentor de Donald Trump, el abogado Roy Cohn, fue el principal asesor del senador Joseph McCarthy, recuerda. "Por tanto, existe un vínculo directo entre ambos", cree.
El domingo, Kai Bird y su esposa asistirán a la ceremonia de los Oscar en Hollywood. Su esmoquin ya está listo. Apoyarán a Oppenheimer, ultra favorito dadas sus 13 nominaciones, con especial atención a la categoría de mejor adaptación. Pase lo que pase, la película ya le ha permitido vivir el escenario de sus sueños. En el set de rodaje en Nuevo México pudo conocer a Cillian Murphy, que interpreta al científico. “Cuando se acercó, no pude resistirme”, confiesa el biógrafo. "Grité: 'Oh, Dr. Oppenheimer, he estado esperando conocerlo durante décadas'. El científico “nos regaló la era atómica” y “él simboliza esta era en la que todavía vivimos”, comenta. "En este sentido, es el hombre más importante que jamás haya existido".
