Después de Venecia, Cartagena de Indias... Cada año, el nivel del mar sube y envuelve paulatinamente la bahía de la ciudad colonial de la costa caribeña. La ciudad más turística de Colombia podría quedar parcialmente sumergida a finales de siglo, advierten los científicos. Una prueba más de este riesgo: en la isla de Tierra Bomba, frente a la ciudad fortificada de casi un millón de habitantes, inscrita en el patrimonio mundial de la UNESCO, el agua invadió en febrero un antiguo cementerio, desenterrando los cráneos de los difuntos.
Mirla Aaron, una líder comunitaria de 53 años, se sorprendió al descubrir los huesos, procedentes de tumbas tan antiguas que nadie vino a recogerlos. En las últimas décadas, el mar “destruyó 250 casas de la comunidad, el puesto de salud, los muelles (...) sumergió varios salones comunitarios, la infraestructura eléctrica” y ahora el cementerio, dice.
“Desafortunadamente, la isla ha sido sometida a un proceso de erosión (...) que ha aumentado exponencialmente en las últimas décadas”, explica Mirla Aaron. “Cartagena Oscura!” La gravedad de la situación quedó al descubierto en 2021 en un estudio publicado por la revista científica Nature, que causó revuelo en la prensa colombiana. Según este estudio, desde principios del siglo XXI el nivel del mar ha aumentado en Cartagena cada año 7,02 mm, frente a la media mundial de 2,9 mm.
En primer lugar, el calentamiento global está afectando a todo el planeta, con un aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero, provocando el derretimiento del hielo en los polos. El nivel del mar en la bahía podría aumentar 26 cm para 2050 y 76 cm para 2100, afirman investigadores de la Universidad de Zagreb, la Universidad Internacional de Miami y la Universidad local EAFIT. Pero, un agravante para el principal puerto comercial de Colombia, su construcción se realizó en terrenos con cavidades subterráneas que se han derrumbado con el paso de los años.
“El aumento del nivel del mar en la zona costera de Cartagena se debe a dos factores”, explica Marko Tosic, científico medioambiental canadiense y uno de los autores de la publicación. La causa es, en primer lugar, el calentamiento global, pero también el “hundimiento de la tierra”, que se produce especialmente “debido a factores tectónicos”.
Hace diez años, Kelly Mendoza, de 31 años, se mudó cerca de la costa en la isla Tierra Bomba. Desde entonces, dos de sus vecinos han perdido sus viviendas, arrasadas poco a poco por las aguas. Las olas ya golpean la pared de su casa de ladrillos, en la habitación donde duerme con su marido. “Cuando la ola golpea la pared tengo miedo porque es como si el tabique se fuera a caer”, que “me iba a encontrar en el mar con mi cama”, dice. El ayuntamiento no respondió a las solicitudes de la AFP de información sobre el número de personas reubicadas debido a la erosión costera.
A sus 87 años, Inés Jiménez ya no reconoce el entorno en el que creció. Recuerda haber tenido que mudarse con sus padres porque su casa se inundó. La gente “se instaló un poco más lejos” para escapar del aumento del nivel del mar, dice, señalando a lo lejos sobre las olas dónde, según sus recuerdos, se encontraba la costa.
Marko Tosic advierte que el aumento del nivel del agua en el Mar Caribe es gradual, pero inevitable. Se trata de un “cambio muy pequeño, estamos hablando de milímetros a lo largo de los años”. En 2024, las autoridades deberán instalar espigones de hormigón y escollera a lo largo de casi 4,5 kilómetros a lo largo de la ciudad colonial para amortiguar el impacto de las olas. La obra es especialmente visible en la playa de Bocagrande, un paseo marítimo con numerosos hoteles.
El ayuntamiento afirma que sin esto casi toda la ciudad (80%) correría el riesgo de quedar inundada. Mauricio Giraldo, representante de los pescadores artesanales, lamenta, sin embargo, que el escudo en construcción sólo proteja zonas turísticas y hoteles de lujo y expresa su preocupación por las zonas más pobres.
