Le Figaro Burdeos
"Él va a faltar al final del pontón". Su barco, amarrado en el pontón de la Cité du Vin, ya no aceptará turistas a bordo. La muerte de Jean-Marie Hauchecorne, una auténtica “figura del barrio de Bacalan”, sume en la tristeza a muchos bordeleses. Desde hace unos cuatro años, ofrece a los lugareños y a los veraneantes la posibilidad de descubrir su vida cotidiana como último pescador fluvial de Burdeos, subiendo a su barco "Les tontons flingueurs".
Este “vendedor de alegrías, peces y paseos insólitos” falleció el 6 de febrero, anunciaron su hijo, sus padres, su ahijado y sus hermanas. Proponía, en particular, pesca nocturna, “paseos y degustaciones”, así como “medias jornadas con un pescador profesional”. Acogiendo entre seis y ocho personas por travesía, Jean-Marie tomaba las trampas de pesca hundidas en las aguas fangosas del Garona para probar inmediatamente su pesca del día, cocinada al fuego.
Muy presente en las redes sociales, Jean-Marie Hauchecorne publicaba periódicamente fotografías de los pescados y mariscos que pescaba, así como de la forma en que los cocinaba. Recogía gambas blancas pero también pibales (o anguilas de cristal), siendo uno de los pocos pescadores capaces de capturar y vender estos alevines de la anguila europea, en peligro crítico de extinción. También participó en el proyecto de repoblación del lago Cazaux, al que se destinaba el 60% de los pibals pescados.
Se ofrecerá una misa en su honor en la iglesia de Saint-Rémi el viernes 16 de febrero a las 10:30 horas.
