Rafael Nadal fue nombrado este lunes embajador de la Federación Saudí de Tenis (STF), un título que, según el español, simboliza el “potencial” de la monarquía del Golfo para convertirse en un bastión del deporte en el futuro. “Dondequiera que mires en Arabia Saudita ves crecimiento y progreso y estoy feliz de ser parte de ello”, explicó el jugador con 22 títulos de Grand Slam, citado en un comunicado de prensa del STF. “Sigo jugando porque amo este deporte. Pero más allá del juego, quiero ayudar a que (el tenis) se desarrolle en todo el mundo y hay un potencial real en Arabia Saudita”, añadió el español, que regresó brevemente a la competición a principios de mes después de casi un año sin jugar debido a a una lesión.
Tras una derrota en la tercera ronda del torneo de Brisbane, se retiró el 7 de enero del Abierto de Australia en Melbourne debido a un desgarro muscular. A sus 37 años, Nadal aseguró que su objetivo era ser competitivo de cara a la temporada de tierra batida de primavera. Anteriormente había indicado que 2024 podría ser su “último año” en el circuito.
Como embajador, el español “pasará un tiempo en el reino cada año” para desarrollar el tenis nacional y una nueva Academia Rafa Nadal, según la federación. “Los niños miran al futuro y vi que les apasionaba el deporte... Quiero animarles a coger una raqueta y disfrutar de los beneficios de una vida sana”, explicó en su cuenta Twitter Nadal, que visitó recientemente un Academia de tenis en Riad.
Arabia Saudita utiliza desde hace varios años el deporte como palanca diplomática con la Fórmula 1, Moto GP, el circuito de golf LIV, el fútbol -es el único candidato a organizar el Mundial de 2034- y el tenis. El reino acogió su primer torneo ATP en 2023, el Next Gen en Jeddah, y partidos de exhibición Novak Djokovic-Carlos Alcaraz y Aryna Sabalenka-Ons Jabeur. El contrato de cinco años firmado con la ATP para Next Gen “señala el deseo del país de hacer del tenis una gran parte de su calendario internacional y es el primero de una serie de torneos de tenis profesional que podrían organizarse” en Arabia Saudita, según la STF.
Pero la monarquía petrolera, el principal exportador mundial de petróleo crudo, ha recibido críticas de defensores de los derechos humanos y organizaciones ambientalistas que la acusan de "lavado deportivo" para mejorar su reputación.
