Dotado, genio, mago pero también ingobernable, impredecible y, sobre todo, un enorme desperdicio, Gavin Henson probablemente no tuvo la carrera que podría (¿o debería?) haber tenido. El internacional galés, que jugó en Cardiff, Bristol y Bath, entre otros, tuvo un breve paso por el Toulon en 2011.
Para Le Figaro, Mourad Boudjellal, ex presidente del club de Toulon (2006-2020), contó su llegada al Rade. “Un agente me lo contó. Aproveché un vacío donde nadie quería ficharlo. No fue caro. Me dije a mí mismo que si volvía a ser el jugador que era, conseguiríamos un buen trato. Fue una apuesta. Almorzamos juntos en Toulon antes. Me sorprendió porque en este restaurante todos lo reconocían. Había dejado su huella en el rugby”.
Antes de contar una anécdota sorprendente: “Cuando lo fiché en 2011, había un jugador muy importante en el club que me dijo que si lo fichaba se iba. Y no era el jugador más pequeño... Me dijo: "Si firma, me iré de Toulon...". Insisto en que no era el jugador más pequeño y eso me supuso un gran problema. Este jugador en cuestión simplemente se lo saltaba en el entrenamiento. Él nunca se le acercó. Incluso pienso que en la final del Mundial o en la final del Top 14, si le hubiera tenido que pasar el balón para marcar y ganar la copa, no lo hubiera hecho. Me acerqué al jugador que no quería a Henson y le dije "dale una oportunidad", dándole todo mi galimatías. Él dijo: “Está bien, me quedaré en el club. Pero para mí, sobre el césped, no existe...".
Mourad Boudjellal también volvió sobre el talento del galés y dio una posible explicación a su inestabilidad: “Tengo un equipo de rugby. Mi objetivo no era ese. O juega, recupera su nivel y eso es bueno, o se marcha. No estaba haciendo psicología, ese no era mi papel. La situación era demasiado complicada. Nunca he experimentado esto. Entre tu jugador principal que quiere irse por la llegada de Henson... Estaba casi tocándose porque estaba perdido. Ha perdido completamente el rumbo y también su talento. Es sin duda uno de los tres jugadores más talentosos de su generación. Tenía un don. Pero lo perdió. Tenía algo de qué ocuparse. Mientras que cuando era normal, era muy entrañable”.
