La madre de Alexeï Navalny, el principal crítico de Vladimir Putin, que murió en prisión en circunstancias turbias, visitó su tumba el sábado, un día después de un funeral en el que miles de rusos le rindieron homenaje, arriesgándose a ser arrestados. Alexei Navalny, el crítico más feroz del presidente ruso durante más de una década, murió el 16 de febrero a la edad de 47 años en una colonia penitenciaria del Ártico, donde cumplía una condena de 19 años de prisión por "extremismo". Los múltiples juicios iniciados contra él fueron ampliamente denunciados como una forma de castigarlo por su oposición a Vladimir Putin.
Ya presente durante el entierro del ataúd el viernes, la madre del opositor, Lyudmila Navalnaïa, acudió de nuevo el sábado por la mañana temprano a su tumba, cubierta de flores y coronas, en el cementerio de Borisovo, al sur de Moscú, constataron periodistas de la AFP. La acompañaba Alla Abrossimova, madre de la viuda de Alexeï Navalny, Yulia Navalnaïa.
Por su parte, Yulia Navalnaïa, los dos hijos de la pareja y el hermano de Alexeï Navalny viven en el extranjero y no asistieron al funeral, donde podrían haber sido detenidos por oposición al presidente ruso. La viuda de Alexei Navalny ha prometido continuar el trabajo de su marido y ha dicho repetidamente en los últimos días que Vladimir Putin lo había "asesinado". Los periodistas de la AFP vieron el sábado a un pequeño número de dolientes colocando flores en su tumba y una continua presencia policial en el cementerio, cerca de las orillas del río Moscova.
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El viernes, miles de seguidores de Alexeï Navalny hicieron cola durante horas para rendirle homenaje. Mientras corrían desde una iglesia cercana hacia el cementerio, algunos coreaban “¡No a la guerra!” y otras consignas a favor de Navalny, entre ellas llamar a Putin “asesino” y pedir la “liberación de los presos políticos”. La ONG de derechos humanos OVD-Info dijo que la policía rusa arrestó al menos a 128 personas que participaban en homenajes a Navalny en 19 ciudades el viernes.
Las escenas de miles de personas marchando en apoyo a Alexei Navalny, exigiendo el fin del ataque ruso en Ucrania y castigando al Kremlin, no se veían en Rusia desde los primeros días tras la orden de Moscú a cientos de miles de tropas de cruzar la frontera. a finales de febrero de 2022. Desde entonces, el Kremlin ha reprimido severamente la disidencia y ha utilizado nuevas y estrictas leyes de censura militar para procesar a cientos de personas que se pronunciaron públicamente en contra de la ofensiva.
