A menos de cuatro meses de las elecciones europeas, todos los partidos políticos se están preparando para la batalla. Hacer campaña, convencer... pero sobre todo animar a los electores a votar. Y por tanto asegurar su correcta inscripción en las listas electorales. Mientras que el INSEE consideraba que más de siete millones de franceses estaban “mal registrados” a principios de 2022, unos meses antes de las elecciones presidenciales, otros dos millones simplemente no estaban registrados, según La France Insoumise. Por lo tanto, muchos votantes, aunque tengan edad suficiente para votar, no pueden cumplir con su deber cívico.
En una carta enviada este miércoles al ministro del Interior, Gérald Darmanin, encargado de la correcta organización de las elecciones nacionales, el coordinador de La France Insoumise, Manuel Bompard, “le pide solemnemente que tome medidas importantes para permitir que el mayor número posible de nuestros compatriotas puedan participar en las elecciones”. Y el diputado del LFI por Bocas del Ródano deploró que “no se haya previsto ninguna campaña nacional de inscripción” a este respecto antes de la fecha límite de inscripción, el 3 de mayo.
Si bien La Francia Insumisa no despega en las encuestas, rondando el 6-7% de las intenciones de voto, el partido de Jean-Luc Mélenchon probablemente ve esta operación como una técnica para atraer a posibles partidarios a las urnas. “Campaña publicitaria, cartas recordatorias, equipos puerta a puerta”… Según Manuel Bompard, los medios del Estado para ello “no faltan”. Interrogando al inquilino de la plaza Beauvau, l'Insoumis insiste: "Una elección en la que varios electores no pueden votar por no estar registrados o por su registro incorrecto tiene claramente un carácter censal".
