Donald Trump ganó el sábado las elecciones internas del Partido Republicano en tres nuevos estados americanos, Missouri, Michigan e Idaho, según informes de los medios, acercándose un poco más a la nominación para las elecciones presidenciales de noviembre. En Missouri, el multimillonario republicano aplastó a su rival Nikki Haley al ganar todas las asambleas electorales celebradas en el estado, según el New York Times. En Michigan, Trump ganó los 39 delegados electos durante un caucus que reunió a unos 2.000 activistas, informó CNN. A principios de semana, el ex presidente ya había ganado los 16 delegados restantes de Michigan, determinados en una elección primaria.
Con el 84,9% de los votos, según el New York Times, Donald Trump reunió también a 32 delegados del estado de Idaho. Las votaciones celebradas en estos tres estados fueron elecciones internas híbridas con reglas diferentes, que en algunos casos reflejaron disensiones y tensiones a pesar de la influencia de Donald Trump.
El expresidente ha ganado todas las primarias celebradas hasta ahora. Sus nuevas victorias del sábado se producen tres días antes del “Supermartes” del 5 de marzo, una reunión crucial durante la cual 15 estados organizan simultáneamente sus primarias demócratas y republicanas. Es casi seguro que el presidente demócrata Joe Biden y Donald Trump serán nominados por sus respectivos partidos. Pero todos estos éxitos en las urnas también han revelado vulnerabilidades del ex presidente que podrían complicar su reconquista de la Casa Blanca.
El tempestuoso septuagenario ganó todas sus elecciones gracias al apoyo de su base de seguidores, una marea de gorras rojas de “Make America Great Again” que siguen siendo muy leales. Pero también ha perdido a menudo un número considerable de votos entre los republicanos moderados y los independientes, votos esenciales si quiere prevalecer contra el presidente demócrata Joe Biden en noviembre.
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En New Hampshire, como en Carolina del Sur, estos votantes prefirieron en gran medida a Nikki Haley, la última republicana en carrera que se interpuso en su camino. El ex embajador estadounidense ante la ONU durante la presidencia de Donald Trump, de 50 años, cultiva una imagen de candidato más moderado y promete restaurar una cierta “normalidad” entre los conservadores.
Sin embargo, según una encuesta a pie de urna realizada el sábado pasado en Carolina del Sur, el 40% de sus seguidores indicaron que se oponían a la candidatura de Donald Trump. “Una enorme llamada de atención”, según afirmó Alyssa Farah Griffin, exdirectora de comunicaciones del expresidente, cuando este estuvo en la Casa Blanca. “¿Alguien que prácticamente se postula como el actual presidente, Donald Trump, obtiene el 60 por ciento de los votos y el 40 por ciento está en su contra? "No es exactamente una coronación", dijo durante un intercambio en CNN.
