Post a Comment Print Share on Facebook

Cómo los alpinistas Dubouloz, Welfringer y Paulin lograron una nueva hazaña en las Grandes Jorasses

Charles Dubouloz ya había causado sensación el pasado invierno escalando en solitario la ruta de los Rolling Stones, que lleva a Pointe Walker, que culmina la arista de la cumbre de las Grandes Jorasses en el macizo del Mont-Blanc.

- 4 reads.

Cómo los alpinistas Dubouloz, Welfringer y Paulin lograron una nueva hazaña en las Grandes Jorasses

Charles Dubouloz ya había causado sensación el pasado invierno escalando en solitario la ruta de los Rolling Stones, que lleva a Pointe Walker, que culmina la arista de la cumbre de las Grandes Jorasses en el macizo del Mont-Blanc. El montañero logró una nueva hazaña el lunes 13 de febrero, esta vez acompañado de dos jóvenes guías de montaña, Symon Welfringer y Clovis Paulin. Con las manos desnudas y con zapatos de escalada, los tres escalaron en cinco días y cuatro noches la ruta más directa que conduce a Pointe Walker, una ruta muy técnica llamada "Directissime" en vocabulario montañero.

“Es muy difícil porque el objetivo es ir recto, sin buscar líneas de debilidad, le dijo Charles Dubouloz a Le Figaro al día siguiente de su llegada. Había, por ejemplo, un enorme escudo de 150 metros de roca, sin grietas y ligeramente desplomado, que no pudimos sortear”. La calificación llega en ocasiones al 7A en la escala de dificultad de la escalada, lo que constituye, en pleno invierno ya más de 3000 metros de altitud, una hazaña para estos experimentados escaladores. Symon Welfringer es especialista en escalada de dificultad y Clovis Paulin en escalada en hielo. Los tres montañeros ya habían escalado juntos la cara norte del Eiger en enero de 2020.

“Todos teníamos mucho frío y dormimos poco, pero lo conseguimos”, se regocijaba también Charles Dubouloz. Los escaladores durmieron en la pared de 1200 metros instalando vivacs improvisados. La temperatura permaneció alrededor de -10°C durante el día, pero bajó a más de -20°C en medio de la noche. “La primera noche fue la más dura, dormí sentada en una bolsa. Y las noches siguientes fueron mejores, pudimos bajar cada vez un mínimo para poder acostarnos”. Bajo estas condiciones extremas, el cuerpo no puede descansar completamente de todos modos. “Dormimos tres horas al principio, luego nos despertamos y dormimos en fracciones esperando el final de la noche”.

Lea también“Tuve miedo todo el tiempo”: cómo el alpinista Charles Dubouloz filmó su hazaña en las Grandes Jorasses

Los tres amigos se fueron con comida para cinco días en sus bolsas, esperando completar la ruta en cuatro días. “Mantuvimos el control aunque hubo momentos de tensión como en los últimos largos donde trepamos por un paracaídas, cada uno en el mismo eje, sin poder protegernos de posibles caídas de rocas o hielo”.

Este Directissime ya había sido inaugurado en junio de 1986 por los alpinistas franceses Patrick Gabarrou y Hervé Bouvard. Nunca se había repetido en invierno. Uno de sus ujieres, Patrick Gabarrou, que transmitió la pasión por el alpinismo a Clovis Paulin, estuvo presente en el inicio de la ascensión el pasado jueves. "Patrick nos dio una topo rudimentaria para descifrar la ruta, pero en general teníamos muy poca información", dice Charles.

En 1986, el espolón de Walker ya fue escalado por las leyendas del alpinismo del siglo pasado como el italiano Bonatti o el francés Desmaison, que asociaron su nombre al mito de esta cumbre. Pero la ruta más directa seguía intacta. “Subir al Walker Spur fue una hazaña inimaginable y me fascinó la belleza de las estructuras y las líneas directas que subrayan la belleza de la montaña”, dijo Patrick Gabarrou a Le Figaro. El alpinista partió entonces con Hervé Bouvard, con todo el material de escalada de la época a cuestas, mucho más pesado que el actual.

"El camino es cuatro veces la Torre Eiffel, y los vi precipitarse en las primeras capas de hielo, suave y silenciosamente, como pequeñas hormigas en un enorme tronco de Sequoia", se regocijó Patrick Gabarrou.

El guía de 71 años, que ha logrado más de 300 primicias en su carrera, siempre ha compartido la dimensión contemplativa y espiritual de la montaña a la que está apegado. También transmitió a los jóvenes escaladores "una pequeña invocación" que se repite cada mañana antes de la salida: "Santo Ángel de la Guarda, gracias por velar por nosotros y protegernos". Y para concluir: “Lo bello es cuando lo espiritual, estar juntos, contemplar, sigue siendo el vector principal del alpinismo que no es un fin en sí mismo”.

Avatar
Your Name
Post a Comment
Characters Left:
Your comment has been forwarded to the administrator for approval.×
Warning! Will constitute a criminal offense, illegal, threatening, offensive, insulting and swearing, derogatory, defamatory, vulgar, pornographic, indecent, personality rights, damaging or similar nature in the nature of all kinds of financial content, legal, criminal and administrative responsibility for the content of the sender member / members are belong.