Una polémica que al final no lo es. A principios de septiembre, en TF1, el presidente de Restos du Coeur se mostró preocupado por el equilibrio financiero de la asociación creada en 1985, indicando que debía reunir rápidamente 35 millones de euros para cerrar las cuentas. La llamada de Patrice Douret suscitó numerosas reacciones por parte del Estado, de las empresas y también de Bernard Arnault. Ante la posibilidad no despreciable de un cierre de la asociación dentro de 3 años, el jefe de LVMH había anunciado el pago de una donación de 10 millones de euros.
Si este gesto fue bien recibido principalmente por la clase política, una parte de la izquierda, y en particular los dirigentes de La Francia Insumisa, se burlaron de esta iniciativa. Con un argumento más o menos bien elaborado: esta suma de dinero no representaría mucho para el multimillonario que dirige el grupo LVMH. La semana pasada, el coordinador de La Francia Insumisa, Manuel Bompard, volvió a explicar en Cnews que “la donación de Bernard Arnault reducida a su fortuna personal” representaba sólo “una donación de 30 céntimos para alguien que gana el salario mínimo”. Además, los representantes afirmaron que la donación de Bernard Arnault estaría exenta de impuestos, afirmación rápidamente desmentida por el entorno del empresario.
Sin embargo, unos días después, una encuesta publicada el lunes revela que la postura proclamada por los representantes del LFI no es compartida por... sus propios simpatizantes. Según un estudio de la CSA, el 83% de los votantes de La France Insoumise aprueban el enfoque del empresario. Una tasa que alcanza el 89% en el Partido Socialista, el 85% entre los ecologistas y el 85% para todos los partidarios de izquierda.
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La postura de los representantes rebeldes tampoco está en sintonía con la del conjunto de los franceses, cuya opinión es clara: el 89% aplaude la decisión de la familia Arnault. Un sentimiento ampliamente difundido en todos los estratos de la población, independientemente de la edad, el sexo o la profesión de las personas interrogadas.
Otro dato a tener en cuenta, la señal enviada por Bernaud Arnault que permitió mejorar su imagen entre los franceses. Del 85% de los encuestados que lo conocen, el 72% tiene una buena opinión de él. Una tasa que desciende ligeramente hasta el 70% para el conjunto de la población. El gesto del jefe de LVMH también ha transformado significativamente la percepción que tienen los franceses, al cambiar positivamente la percepción del 30% de quienes ya conocían a Bernard Arnault. Y un 12% de los que opinaron negativamente.
