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Fiscalidad de los vehículos: Beaune no descarta imponer la penalización por peso a los vehículos eléctricos e híbridos

¿Se incrementará pronto la fiscalidad de los coches eléctricos? Mientras estos vehículos menos contaminantes deben multiplicarse en los próximos años para que Francia pueda alcanzar sus objetivos climáticos, se alzan voces para advertir de la pérdida de ingresos que esta transición genera para el Estado.

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Fiscalidad de los vehículos: Beaune no descarta imponer la penalización por peso a los vehículos eléctricos e híbridos

¿Se incrementará pronto la fiscalidad de los coches eléctricos? Mientras estos vehículos menos contaminantes deben multiplicarse en los próximos años para que Francia pueda alcanzar sus objetivos climáticos, se alzan voces para advertir de la pérdida de ingresos que esta transición genera para el Estado. Para compensarlo, se plantearía una reforma de la penalización por peso -o penalización por CO2-. Lo que pesa sobre el atractivo de la movilidad eléctrica, y aumenta la factura para el consumidor.

Por el momento, las autoridades obtienen recursos significativos de los impuestos a los combustibles. La fiscalidad pesa así más del 52% sobre un litro de gasóleo cobrado a 1,68 euros, según la Ufip, la entidad representativa de la cadena del petróleo y la energía en Francia. De este total, solo el TICPE cuesta 0,609 euros, y el IVA del TICPE 0,122 euros. Ingresos atractivos para el Estado, especialmente en un momento en que las finanzas públicas están constreñidas y se señala el peso de la deuda. Sin embargo, el desarrollo de la movilidad eléctrica podría poner en peligro estos recursos, al reducir el consumo de combustible. Asimismo, ciertos impuestos que permiten al Estado embolsarse dinero gracias a la compra de vehículos térmicos también se verán reducidos por la transición ecológica.

Para compensar esta dinámica, las autoridades prevén una reforma de la penalización por peso, el impuesto sobre la masa en orden de marcha. Este dispositivo se refiere a los vehículos de "turismo" y tiene como objetivo disuadir a las personas de comprar automóviles demasiado pesados ​​​​y que emiten CO2. Pagado en la compra del vehículo, este impuesto asciende a 10 euros por kilogramo, a partir de 1800 kilos, y tiene un tope de 50.000 euros, en 2023.

“Cuando un vehículo es muy pesado, está sujeto a una sanción”, recordó, el lunes por la mañana, el Ministro Delegado encargado de Transportes, al micrófono de Europa 1. Para Clément Beaune, el umbral de peso “hoy es muy alto”, impidiendo que los vehículos “muy pesados, por lo tanto de gran consumo” sean objeto de la sanción. Su gabinete especifica que “la cuota de vehículos nuevos afectados por la sanción en 2022 es inferior al 2%”. El Ejecutivo desea, por tanto, en primer lugar, “bajar el umbral”, para los vehículos térmicos, una modificación que estaría contenida en el presupuesto de 2024: “La prioridad de las prioridades es que compremos menos vehículos térmicos”, si así lo justifica la ministra.

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Para los vehículos eléctricos, las cosas no están tan claras. “Está abierto un debate” para imponer este impuesto a los vehículos eléctricos “pesados”, así como a los híbridos, indicó la ministra en Europa 1. “No estamos cerrados a la idea”, dijo y agregó, repitiendo que la puerta estaba “ no se ha cerrado". “Entre los vehículos eléctricos, hay algunos que son más o menos ecológicos en su modo de producción, por lo que, poco a poco, habrá que endurecer los criterios”, explicó. Este cambio podría producirse ya en 2024 o 2025. "Los criterios serán más estrictos, porque el mercado eléctrico permitirá producir [...] vehículos más accesibles y más ligeros", añadió Clément Beaune. Los vehículos híbridos “también entrarán paulatinamente en estos criterios”, concluyó. Contactada, la oficina del ministro se niega a comprometerse más en el tema de los vehículos eléctricos. “Vamos a hacer las cosas por etapas”, empezando por los coches térmicos, nos contentamos con decir.

El uso del arma fiscal para animar a los consumidores a favorecer los vehículos ligeros ha sido reclamado durante mucho tiempo por algunos observadores. El pasado mes de noviembre, un informe de France Strategy sugería así un “endurecimiento de la sanción sobre las emisiones y el peso, en particular para este último su extensión a los vehículos eléctricos”. De igual forma, el documento proponía reservar el bono ecológico para vehículos pequeños. Para los expertos, de hecho, un vehículo eléctrico demasiado pesado pierde interés desde el punto de vista medioambiental. “El impacto de carbono de un vehículo eléctrico aumenta casi en proporción a su peso”, subrayó por ejemplo la Ademe en una nota, en octubre.

Para el ejecutivo, este cambio permitirá, por tanto, favorecer determinados vehículos, más ligeros, de menor consumo y más relevantes desde el punto de vista climático, según los términos de Ademe. También llenará las arcas del Estado en el mismo movimiento, una ventaja ciertamente menos asumida, pero igual de atractiva.

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