Con motivo de la inauguración este lunes del XXIII Congreso Mundial sobre Seguridad y Salud en el Trabajo, que se celebrará durante tres días en Sídney (Australia), la Organización Internacional del Trabajo (OIT) reclama entornos más seguros y saludables para los profesionales. Casi 3 millones de personas mueren cada año a causa de accidentes y enfermedades relacionadas con el trabajo, según nuevas estimaciones publicadas en un informe de la agencia especializada de la ONU.
De todas estas víctimas, 2,6 millones, la gran mayoría de ellas, sucumben a enfermedades profesionales. Las principales son las enfermedades circulatorias, las neoplasias malignas y las enfermedades respiratorias. Los accidentes laborales representan, por su parte, 330.000 muertes adicionales. El estudio destaca que “las muertes relacionadas con el trabajo están distribuidas de manera desigual”. La tasa de mortalidad de los hombres, que es de 108,3 por 100.000 trabajadores, es significativamente más alta que la de las mujeres (48,4 por 100.000).
Las víctimas también se concentran en la región de Asia y el Pacífico (63% del total mundial) debido al tamaño de la población activa en esta área geográfica. Los sectores de actividad más peligrosos siguen siendo la agricultura, la construcción, la silvicultura, la pesca y la industria manufacturera, con 200.000 accidentes mortales al año, o más del 60% de las muertes. El informe también destaca que uno de cada tres accidentes laborales mortales en el mundo se produce en el sector agrícola.
La OIT también señala que 395 millones de personas han sufrido accidentes laborales no mortales y perjudiciales para su salud, que les han provocado ausencias laborales. Para impulsar los esfuerzos globales para garantizar un entorno de trabajo seguro y saludable, el Consejo de Administración de la OIT adoptó la nueva estrategia global sobre seguridad y salud en el trabajo para 2024-2030.
