Es un país privado de acceso al mar, sin salida al mar entre Sudáfrica y Mozambique. Aunque se encuentra a unos cien kilómetros del Océano Índico, Eswatini (nuevo nombre de Suazilandia desde 2018) hace alarde de sus puertos y de su flota marítima, como observa Geo. “El puerto de Mbabane es el puerto del Reino de Eswatini. [...] Esta es una terminal multipropósito que maneja contenedores, graneleros, buques cisterna, pequeños buques de pasajeros y otros”, se puede leer en el sitio web de las autoridades marítimas del país.
La razón es que Eswatini es una bandera de conveniencia. Es decir, un barco (crucero, carga, etc.), que debe estar matriculado en un Estado, puede ostentar la bandera de un país aunque el armador no sea de allí. Una práctica bastante común en el transporte marítimo, sobre todo por motivos fiscales. Es por esto que gran parte de los barcos que navegan por el mundo están registrados en Panamá o Liberia. Al igual que Eswatini, otros países sin litoral tienen actividad marítima, como Luxemburgo (216 barcos en 2020) o Mongolia.
Como no es posible acceder a él en barco, los turistas pueden llegar por aire o por tierra. Los nacionales franceses están exentos de visado para una estancia turística de una duración máxima de 30 días. La mayoría de visitantes incluyen un desvío a este país durante una gira por Sudáfrica. Los entusiastas de los safaris quedarán seducidos por sus parques nacionales, incluido el Parque Nacional Real de Hlane, conocido por sus rinocerontes. La reserva de Malolotja, adornada con montañas, bosques y cascadas, cuenta con 200 km de rutas de senderismo. A 10 km de la capital, Mbabane, la roca de Sibebe, la segunda roca más grande del mundo después de Uluru en Australia, es uno de los emblemas de este reino poco conocido del sur de África.
