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“Javier Milei encarna una forma de trumpismo argentino, sin proteccionismo”

Christophe Ventura es director de investigación de Iris, especialista en América Latina.

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“Javier Milei encarna una forma de trumpismo argentino, sin proteccionismo”

Christophe Ventura es director de investigación de Iris, especialista en América Latina. Publicó en 2022 Geopolítica de América Latina: 40 archivos para entender el mundo, publicado por Eyrolles.

EL FÍGARO. – Para sorpresa de todos, Javier Milei se convirtió en un serio candidato para las próximas elecciones presidenciales argentinas, terminando en primer lugar en las elecciones primarias del 13 de agosto de 2023, con el 30% de los votos. ¿Cómo se llama este avance electoral?

Christophe VENTURA. - Es el síntoma de una crisis en Argentina que está cambiando de naturaleza. El país se ha deteriorado profundamente social y económicamente. Javier Milei es fruto de esta crisis, de una sociedad social y económicamente agotada, plagada de pobreza, desigualdad e hiperinflación. Argentina ha sido duramente golpeada, como todo el continente americano, por la pandemia de Covid-19. El Estado no pudo hacer frente y tuvo que pedir ayuda exterior para intentar vacunar a la población; también autorizó la vacuna rusa Sputnik.

También es un Estado asfixiado por los tipos de deuda. Argentina no puede salir de esta deuda, agravada por la crisis del Covid-19 (Nota del editor, en total el FMI ha concedido una ayuda total de 44 mil millones de dólares a Buenos Aires).

Como en otros países sudamericanos, la delincuencia y la inseguridad están golpeando duramente a la sociedad argentina. La mexicanización de la región propició el surgimiento del narcotráfico. Eso es mucho para un país. Estas diversas crisis han permitido el surgimiento del fenómeno Javier Milei.

Algunos medios han llamado a Milei "Trump argentino" por su estilo, su verbo y el hecho de que "nadie" lo vio venir. ¿Podemos comparar estos dos personajes? Donald Trump defendió una forma de proteccionismo...

Sí bastante. Por un lado, Javier Milei se define como un libertario –en el sentido americano del término–, es decir un ultraliberal integral (por no decir fundamentalista), que promueve tanto el fin del Estado social como el intervencionismo. Se parece más a Margaret Thatcher que a Donald Trump. Cree en una sociedad sin Estado o casi. No cree que una sociedad se construya sobre la base de la igualdad natural entre los humanos que la componen, sino sobre las desigualdades sociales, y ese es el orden de las cosas. De esta observación surgen matrices económicas, sociales y políticas diametralmente opuestas a las de Donald Trump. El ex presidente estadounidense no es partidario del libre comercio, mientras que Margaret Thatcher sí lo es.

Sin embargo, Javier Milei forma parte de una forma de populismo de derecha como Trump, Bolsonaro en Brasil, Antonio Kast en Chile, Nayib Bukele en El Salvador, en Francia o la Agrupación Nacional en Francia. Este populismo se beneficia, a nivel electoral, de crisis profundas y fenómenos mortales, como la degradación de las clases medias, el empobrecimiento de los pobres y el enriquecimiento de los ultraricos. Para Milei, la causa de esta crisis es la "casta política" que sigue denunciando. Navega sobre esta desconfianza absoluta hacia toda la clase política. Todos son responsables de los males de la sociedad. La clase política, las instituciones, el Estado, los sindicatos y los organismos intermediarios serían plagas que viven a lomos de una sociedad empobrecida. Las elites políticas vivirían de sus privilegios, en el mundo dorado de las instituciones. En respuesta, Milei propone la disolución, la destrucción de los partidos políticos y el "estado cero".

¿A quién seduce este programa económico ultraliberal (reducción del papel del Estado en todos los sectores, privatización de la investigación, etc.) unido a un discurso contra “la casta política parasitaria”? ¿Pequeños jefes y categorías populares? ¿Cómo ven las élites del país a este candidato?

Las élites económicas son bastante cautelosas con la hipótesis de Javier Milei. Su retórica sobre la dolarización total de la economía (cerrar el Banco Central Nacional, detener todos los programas sociales) podría tener consecuencias contraproducentes para las exportaciones de carne y soja de Argentina, pero también para la deuda de Argentina, que está bajo los tenedores caudines del FMI.

Finalmente, Milei encarna una forma de boulangismo, para tomar una referencia francesa. El sector informal –“la economía de los recursos”– y la artesanía dominan la sociedad argentina. Detrás del éxito de Javier Milei se esconde toda una nueva capa de población, que no es ni la de artesanos ni la de pequeños comerciantes. Son los argentinos que trabajan en el campo de los servicios donde la “uberización” de la economía es particularmente importante, como en el resto de América Latina y, más ampliamente, en los llamados países del Sur. En estos países, la estructura del empleo se basa en el trabajo informal. La mitad de la gente trabaja sin contrato.

Estas personas, precarias, son sensibles al discurso sobre el emprendimiento individual, el éxito personal, etc. Ven en los discursos sobre “el Estado social” la “redistribución de la riqueza” de los subsidios y subsidios que estarían destinados a los argentinos que trabajan menos que ellos. Esta población empobrecida está ideológicamente arraigada en el individualismo. Con la inflación, este electorado tiene peso.

¿Es plausible una victoria presidencial de Milei?

Difícil de decir. Sobre todo porque el 30% de los argentinos no votó en estas primarias, que son obligatorias bajo pena de multa. Esta abstención demuestra una desilusión, una falta de interés y una falta de compromiso de los ciudadanos frente a la vida política. Los jóvenes, que tradicionalmente votan por la izquierda, se han alejado de ella.

El papel del centroderecha será decisivo en estas elecciones. Su electorado podría votar por el candidato peronista más moderado, Sergio Massa, el actual ministro de Economía. Es cierto que tiene pocas reservas de votos, pero su partido ganó la decisiva provincia de Buenos Aires. Es un bastión peronista donde vota el 37% de los 35 millones de argentinos que integran el padrón.

Queda por ver si Javier Milei logrará forjar alianzas. La derecha clásica, encarnada por la ex ministra de Seguridad Patricia Bullrich, podría llamar a votar por él en segunda vuelta. Esto es lo que ella sugiere, al igual que el expresidente Mauricio Macri. Según él, Argentina debe salir del peronismo y del socialismo y, para ello, es necesaria una amplia alianza de las derechas.

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