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Frontier: ¡otra conquista espacial es posible!

Los recursos de la Tierra se están agotando, pero la humanidad no está demasiado preocupada, confía en su capacidad de adaptación.

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Frontier: ¡otra conquista espacial es posible!

Los recursos de la Tierra se están agotando, pero la humanidad no está demasiado preocupada, confía en su capacidad de adaptación. ¡Después de todo, los innumerables planetas, satélites y asteroides del cosmos están esperando a ser extraídos! Esta perspectiva apenas encanta a Ji-soo, cuya sonda espacial con fines científicos es requisada por una multinacional en busca de minerales. "Placardizada" al frente de un sitio de construcción en órbita, conoce a Alex, un minero, luego a Camina, un mercenario. El comienzo de una sólida amistad... y una gran aventura.

Tras la conquista del oeste por parte de Hoka Hey, de Neyef, Label 619 aborda la conquista del espacio con Frontier, de Guillaume Singelin, historieta publicada el 12 de abril por la editorial Rue de Sèvres. “El espacio siempre me ha fascinado, es un poco el último territorio lleno de misterio, con los fondos marinos”, le dice el autor a Figaro. El asombro sí está ahí, especialmente durante las salidas extravehiculares o durante las travesías en el asteroide Minerva, dotado de magníficos paisajes naturales. "Me gusta viajar y caminar... En vacaciones, hay muchas escenas en las que me dije a mí mismo '¡eso, tengo que tener eso en mis cómics!'", sonríe el fotógrafo aficionado.

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No hay guerras galácticas ni alienígenas beligerantes en Frontier, aunque estallan fuertes enfrentamientos aquí y allá. El ser humano está en el centro del proyecto, con especial atención al trío de protagonistas que renuevan desgastadas representaciones de género (la científica y el mercenario son mujeres, el hombre resulta bastante frágil físicamente). Sale también el esperado triángulo amoroso: “Están unidos por una amistad y no hace falta más, estima Guillaume Singelin. Lo principal es tener personajes entrañables con una buena trama. El tono más bien melancólico y el tema del reciclaje de desechos espaciales están tomados del magnífico manga Planets de Makoto Yukimura.

Como toda buena historia de ciencia ficción, Frontier digiere nuestro tiempo y derriba por el camino los excesos del neocapitalismo (investigación científica sacrificada en el altar del lucro, irrespeto a la ecología, privatización de la tierra, etc.). Sin embargo, como en el excelente Carbone

La génesis de Frontier se remonta a 2013, cuando Guillaume Singelin comenzó a acumular bocetos, antes de que se desarrollara el guión. Una forma habitual de proceder con él. “Lo que más me interesa es el dibujo y la puesta en escena”, admite. Empecé a escribir porque tenía ideas gráficas en mente. Este deseo por la ciencia ficción se vio reforzado por el estreno de Shangri-La en 2016, de Mathieu Bablet (él de nuevo). “Me desbloqueó un poco y me trajo todos mis recuerdos de SF”, dice este viejo fan de Dune y Alien. La escritura de la historia seguirá evolucionando durante los dos años que llevará la realización de las 208 páginas del cómic. Al artista le gusta "sorprenderse" y asegura que "los personajes cobran vida de otra manera cuando están dibujados".

Inmediatamente reconocible, el estilo "mignon" de Guillaume Singelin puede sorprender. Sus personajes tienen la cabeza grande y el cuerpo pequeño, un estilo que los japoneses llaman chibi. “Me fascina su trabajo con las mascotas, en cuanto a diseño es fascinante”, elogia el diseñador francés, que apuesta por casar esta estética con una historia madura, como en su anterior novela gráfica PTSD. “Es una alquimia de la que desconozco el resultado, crea una extraña discrepancia, admite, pero al simplificar los personajes, permite exacerbar los sentimientos. Tengo curiosidad por ver cómo reaccionarán los lectores". Estas “pequeñas morfologías” también permiten detallar las decoraciones, particularmente pulcras, en un estilo retrofuturista donde los cables son legión: “Crecí con Akira y Appleseed, mangas de los 90 no realmente inalámbricos”, divierte el artista. Me gusta la arquitectura brutalista, pero es un poco más difícil de dibujar porque si te acercas a una línea de perspectiva, ¡puedes verla de inmediato! El dibujo y el entintado se realizan a mano, antes de añadir el color digital.

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El resultado es más que emocionante, inmersivo a voluntad y lleno de vida, constituyendo un nuevo éxito deslumbrante en las listas de éxitos del Label 619. Entonces, ¿cuál es su secreto? Quizás la revisión de cada proyecto por parte de sus cuatro codirectores: Run, Florent Maudoux, Mathieu Bablet y Guillaume Singelin. “Saben captar la intención y entender lo que quiere decir el autor”, dice el autor de Frontier. Nunca es fácil recibir un PDF de tu libro con cientos de anotaciones, pero cuando entiendes que es por tu bien, ¡dejas tu ego a un lado!

Frontier de Guillaume Singelin, Rue de Sèvres / Label 619, 208 páginas, 21,90 euros.

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