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El enfrentamiento entre los organizadores de Vieilles Charrues y los cargos electos de Carhaix amenaza el festival

“Si nada cambia este verano, la edición de 2024 de Vieilles Charrues podría ser la última”, advierte el festival en un largo comunicado de prensa enviado el lunes 22 de abril de 2024.

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El enfrentamiento entre los organizadores de Vieilles Charrues y los cargos electos de Carhaix amenaza el festival

“Si nada cambia este verano, la edición de 2024 de Vieilles Charrues podría ser la última”, advierte el festival en un largo comunicado de prensa enviado el lunes 22 de abril de 2024. Mientras que la 32ª edición, que acogerá a David Guetta, Sting y Dadju , que se celebrará del 11 al 14 de julio de 2024, los ánimos se están caldeando entre los organizadores, el ayuntamiento de Carhaix (Finisterre) y la comunidad de municipios de Poher.

El festival Vieilles Charrues existe desde 1992, basándose en un modelo 100% asociativo, sin ánimo de lucro y gracias a “la participación de más de 7.000 voluntarios pertenecientes a cerca de 130 asociaciones locales, a las que se donan cada año más de 140.000 euros. , o 2,4 millones durante más de 20 años.

Durante el verano de 2023, “el festival anunció públicamente su interés en las instalaciones de las antiguas cámaras consulares (en cuyo aparcamiento se encuentra la entrada principal al evento) y el 1 de diciembre se firmó un acuerdo de venta. » A los organizadores les gustaría disponer de instalaciones permanentes (aseos, iluminación, electricidad) para organizar conciertos fuera de las fechas del festival. “La asociación tenía previsto ocupar estos nuevos locales a partir del verano de 2024”, declaran. Según ellos, “el ayuntamiento comunicó el 23 de febrero por conducto del alguacil y justo antes de finalizar el plazo legal, la decisión de adelantar la construcción”. Lamentan que la decisión de comprar estos edificios se haya producido “sin discusiones ni explicaciones previas”.

En marzo, nueva decepción para el festival. “La comunidad de Poher nos anunció el 8 de marzo que había decidido dejar de poner a disposición la mitad del terreno ocupado por los campamentos del festival a partir de 2026 y nos exigió que los moviéramos”. Las superficies propuestas por la comunidad de municipios no serían suficientes puesto que ya fueron ocupadas en años pasados ​​para compensar la falta de plazas. “El acuerdo ratificado con la región de Bretaña y la comunidad de Poher en diciembre de 2023 prometía la seguridad de los terrenos puestos a disposición de los campings y de determinados aparcamientos del festival”, especifica el festival.

Finalmente, en abril, el consejo municipal de Carhaix aprobó las tarifas de alquiler de los terrenos del distrito de Kerampuilh, donde se desarrolla el evento. “La ciudad de Carhaix nos envió el 12 de abril, menos de tres meses antes del festival, una factura de 367.000 euros por el uso de la pradera de Kerampuilh, los edificios y la dotación de agentes municipales. Lamentablemente, una vez más, no hubo ninguna consulta ni “señal de anuncio” sobre el tema”, se queja el festival.

Si los organizadores del festival Vieilles Charrues proclaman su apego “a Carhaix y sus habitantes desde hace casi 30 años”, anuncian que están estudiando “la posibilidad de ir a otra parte”. En declaraciones a la AFP, Jean-Luc Martin, presidente de la asociación Vieilles Charrues, explica que busca alternativas que presenten “100 hectáreas en Bretaña”. “Hoy en día, el festival se organiza en 85 hectáreas, pero cada año firmamos un acuerdo con el ayuntamiento y cada año nos roban pequeños terrenos”, explica. “Llegará un día en el que ya no podremos organizar el festival porque recibimos a 80.000 personas cada día en el lugar. Queremos estar seguros de que podemos mantener el uso de la tierra durante los próximos 10 años”.

En 2020, el ayuntamiento de Carhaix propuso la creación de una sociedad de economía mixta (SEM) para la gestión del parque de Kerampuilh, sede del festival. Una propuesta que “en principio nos conviene”, indicó Jean-Luc Martin. Pero la junta directiva de Vielles Charrues “se manifestó en contra del memorando de entendimiento propuesto por el ayuntamiento”: “No había ni rastro de la posibilidad de construir en el terreno”, explica.

Para el alcalde de Carhaix y presidente de la comunidad de Poher, Christian Troadec (varios de izquierda, regionalista), la dirección y la presidencia del festival “jugan a la política y al chantaje”. "Si quieren presentarse a la alcaldía de Carhaix en 2026, que lo hagan y los ciudadanos decidirán", declaró a la AFP el martes 23 de abril de 2024. Prueba, a sus ojos, de las maniobras políticas en curso, el alcalde, que es uno de los fundadores del festival, recuerda que en 2020 los organizadores ya habían expresado la posibilidad de trasladar el festival fuera de Carhaix, a otra ciudad del centro de Bretaña.

“Han perdido el espíritu de fiesta”, considera el electo, asegurando: “ya no hay nadie del equipo original en la junta directiva. Dejaron el vacío”. Actualmente, “organizan chantajes sobre hechos previstos y firmados con ellos”, asegura el electo. Para él, los organizadores “desde 2013 apuntan al gigantismo” y están “en una especie de productivismo cultural”. "Es mi deber defender el interés general y garantizar que el sitio siga siendo un sitio público, abierto a otros usuarios" que Vieilles Charrues.

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