La inflación volvió a aumentar en diciembre en la zona del euro, hasta el 2,9% interanual, tras el 2,4% en noviembre, debido principalmente a los precios de la energía, anunció Eurostat este viernes. La cifra está en línea con las previsiones de los analistas encuestados por Bloomberg y tranquiliza al Banco Central Europeo (BCE) en la idea de que la lucha por reducir el aumento de los precios al consumo hasta su objetivo del 2% no ha terminado. El repunte de la inflación está únicamente vinculado a una menor caída de los precios de la energía en diciembre. Cayeron un 6,7% respecto al mismo mes del año pasado, pero en noviembre esta caída había alcanzado el 11,5%.
El aumento de los precios de los alimentos (incluidos el alcohol y el tabaco) disminuyó al 6,1% en diciembre, tras el 6,9% del mes anterior. Pero la cifra más examinada por los mercados financieros y el BCE es la de la inflación subyacente, corregida por los precios muy volátiles de la energía y los alimentos. Este indicador, considerado más representativo, cayó en diciembre hasta el 3,4%, tras el 3,6% de noviembre, en línea con las previsiones de los analistas, una señal alentadora.
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Si el incremento de los precios de los servicios se mantuvo en diciembre en el 4% interanual, el de los bienes industriales cayó hasta el 2,5%, 0,4 puntos menos que el mes anterior. Bélgica e Italia registraron la tasa de inflación más baja en diciembre, un 0,5%, entre los 20 países que comparten la moneda única. Eslovaquia (6,6%) y Austria (5,7%) experimentaron el aumento más rápido de los precios.
Francia, que había contenido la inflación mejor que sus socios en 2022, se encuentra ahora entre los países más afectados, con una tasa del 4,1% en el último mes de 2023, frente al 3,8% de Alemania.
