Sri Lanka introdujo el lunes un nuevo impuesto al valor agregado (IVA) del 18% sobre el combustible, los teléfonos móviles y las computadoras para aumentar los ingresos que el país necesita antes de reestructurar su deuda externa. También se ha aumentado al 18% el IVA del 15% sobre otros bienes de consumo, ya existente.
El gobierno de Sri Lanka está tratando de limpiar sus cuentas mientras el país emerge de la peor crisis económica de su historia. "Para lograr la estabilidad económica, debemos seguir avanzando por este exigente camino, un camino que no está adornado con flores pero que presenta desafíos formidables", dijo el presidente Ranil Wickremesinghe en su mensaje de Año Nuevo.
En 2022, en el punto álgido de la crisis económica, las protestas populares obligaron a la salida del entonces presidente Gotabaya Rajapaksa, cuya residencia fue asaltada. Su sucesor, Ranil Wickremesinghe, aumentó los impuestos y redujo los subsidios para cumplir con el rescate del Fondo Monetario Internacional (FMI) y reprimió las protestas antigubernamentales.
El plan del FMI exige que finalice en mayo una reestructuración de la deuda externa del país insular de 46.000 millones de dólares, que el gobierno incumplió en 2022. Colombo está negociando con sus prestamistas bilaterales y tenedores de deuda soberana para reprogramar los pagos, una condición clave del Plan de rescate del FMI.
