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“Shrinkflation”: el gobierno pretende hacer más explícita la subida de precios en las estanterías

El gobierno ha presentado a Bruselas un proyecto de decreto que exige a los supermercados que, antes de marzo, expliquen con más detalle los casos de “contrainflación” o “reduflación”, cuando las cantidades de un producto se reducen con un precio sin cambios o incluso más alto.

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“Shrinkflation”: el gobierno pretende hacer más explícita la subida de precios en las estanterías

El gobierno ha presentado a Bruselas un proyecto de decreto que exige a los supermercados que, antes de marzo, expliquen con más detalle los casos de “contrainflación” o “reduflación”, cuando las cantidades de un producto se reducen con un precio sin cambios o incluso más alto. El objetivo es evitar sorpresas desagradables a los consumidores, de lo contrario se podrían bajar los precios. Esta ambición pretende "responder a la demanda de los consumidores de estar mejor informados en caso de inflación de determinados productos", indicó el martes la ministra delegada para el Comercio, Olivia Grégoire.

La orden se envía a Bruselas para comprobar el cumplimiento de una directiva europea de 2015 sobre la transparencia de las normas técnicas. Detrás del anglicismo -del verbo inglés "shrink", encoger, y del que existe un equivalente francófono, reduflation-, se esconde una práctica de los fabricantes de productos de consumo, de los agroindustriales o de los distribuidores, consistente en reducir las cantidades de los productos vendidos en lugar de aumentar significativamente los precios: demasiado.

Esta práctica, que también existe en los restaurantes (un filete un poco más ligero, o unas patatas fritas menos, por el mismo precio), es legal siempre que se modifique la mención del peso del alimento. No se trata necesariamente de engañar al consumidor: puede ser para alinearse con la competencia o evitar cruzar un umbral de precio tal que alejaría al comprador del producto. El distribuidor Carrefour, por ejemplo, había reducido drásticamente las cantidades de sus verduras de "primer precio" hasta quedar por debajo de 1 euro, recordaron los medios de comunicación a 60 millones de consumidores en diciembre, evocando la transición de tres a dos ensaladas o la reducción de un tercio del filete de patata.

El gobierno prevé exigir a los supermercados que incluyan, en las referencias que hayan sido objeto de una reducción de porciones, la mención “para este producto, la cantidad vendida ha aumentado de X a Y y su precio en (especificar l "unidad de medida en cuestión) aumentado un...% o...EUR", según el proyecto de decreto consultado por la AFP el lunes. Este aviso debe colocarse “directamente en el embalaje o en una etiqueta adherida o colocada cerca de este producto, de manera visible y legible”, especifica el texto.

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El proyecto de decreto ha sido sometido a opinión de la Comisión Europea, indica el despacho de Olivia Grégoire, confirmando una información del medio especializado LSA. "Si la Comisión no hace comentarios sobre el proyecto notificado, la publicación en el Diario Oficial podría tener lugar a finales de marzo de 2024". “Si sale un decreto, lo respetaremos y lo aplicaremos, pero lo lamentamos”, reaccionó el jefe del cuarto distribuidor francés, Système U, Dominique Schelcher, en France Inter. "Es el fabricante quien sabe que su embalaje se ha reducido, que la receta ha sido cuestionada", afirmó, temiendo "una pérdida de tiempo" para los equipos de las tiendas.

A mediados de diciembre, el especialista del sector de la distribución Philippe Goetzmann publicó un dictamen en colaboración con la Fundación Jean Jaurès sobre esta práctica de reducción de cantidades. El especialista recordó que “los precios son libres, al igual que los pesos” y que las reducciones de cantidad “generalmente van acompañadas de cambios en la receta”. ¿Cómo podemos entonces saber qué constituye una “innovación” alimentaria –un cambio en la receta, por ejemplo con menos azúcar o sal– y qué es simplemente un aumento oculto de precios? Recientemente surgió el caso del famoso queso fundido Kiri: la porción perdió 2 gramos en 2022 tras un cambio de receta, "más natural, sin aditivos" y elaborado en Francia con leche francesa, alegó entonces su fabricante, el agroindustrial Bel. . En cualquier caso, no parece probable que la medida haga bajar los precios en los lineales. Los precios de los alimentos han subido más de un 20% de media en dos años.

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