¿Cómo podemos juntar los distintos islotes de un país que decimos que está fracturado? Ésta es la tarea que Emmanuel Macron se ha encomendado. Si el contexto internacional, teniendo en cuenta la guerra entre Israel y Hamás, y las tragedias sociales, como la muerte del joven Thomas, han ampliado aún más la brecha entre las dos Francias en las últimas semanas, el presidente de la República no admite la derrota. En una confidencia concedida al periódico Le Monde, publicada este viernes por la tarde, el Jefe de Estado volvió a abordar el desafío de unidad que le espera, al margen de una visita el jueves al Panteón para elegir la bóveda que albergará al combatiente de la resistencia Missak Manouchian en Febrero de 2024.
Si bien con esta ocasión se celebrará una ceremonia, como en el caso de las entradas anteriores del escritor Maurice Genevoix o de la líder de la revista y luchadora de la resistencia Joséphine Baker, el presidente pretende hacer de este momento un símbolo. Una encarnación en un momento en el que la nación “se plantea muchas preguntas”, considera el jefe de Estado. Consciente de que las divisiones son profundas, Emmanuel Macron se ha “asignado un papel”. El de “mantener la unidad del país”.
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Manera de no dejar el monopolio de las cuestiones identitarias a la derecha nacionalista, lo que alimentaría la hipótesis de una “guerra civil”. Para remediar esta situación, el presidente enviará un “mensaje de unidad” a los franceses sobre la delicada cuestión de la convivencia. Sin precisar líneas concretas, el inquilino del Elíseo anuncia “un encuentro con la nación” el próximo enero. Para “recordarle a Francia lo que es”. Y “lo que nos constituye” como pueblo.
Una emergencia que resulta tanto más crucial cuanto que el segundo mandato de Emmanuel Macron finalizará dentro de tres años y medio. A pesar de este plazo, el presidente insiste: “Debemos recuperar la esperanza, el gusto por el futuro”. Casi un discurso de campaña. En el marco de esta enigmática “reunión”, el jefe de Estado elogia una “exigente lucidez que consistirá en mirar los problemas del país pero también en no dejar que se desmantele”. Fiel a su filosofía del "al mismo tiempo", espera sobre todo encontrar un camino "entre la negación" de una parte de la izquierda y la "hiperdramatización" de la derecha nacionalista.
Emmanuel Macron bien puede elogiar "cómo el país se mantiene unido" a pesar de los trastornos nacionales e internacionales, pero a diferencia de otras naciones, el presidente culpa, sin embargo, a ciertas "élites". Que “juegan con los miedos” y “mantienen la confusión de las mentes”. "Los franceses son personas que, a pesar de todo, saben profundamente quiénes son, mucho más de lo que nos gustaría decir".
