Las autoridades armenias informaron el jueves 28 de septiembre de la llegada de 65.036 refugiados procedentes de Nagorno-Karabaj, más de la mitad de la población de esta región separatista donde Azerbaiyán lideró una ofensiva relámpago la semana pasada.
"El Estado proporciona viviendas adecuadas a todos aquellos que no tienen un lugar de residencia predeterminado", afirmó el gobierno armenio en un comunicado.
Bakú abrió el domingo la única carretera que une el enclave con Armenia, cuatro días después de la capitulación de los separatistas y de un acuerdo de alto el fuego que empujó a miles de civiles armenios a huir de la llegada de las fuerzas azerbaiyanas. Oficialmente, Nagorno Karabaj, un enclave montañoso situado en Azerbaiyán pero que se separó de Bakú con el apoyo de Ereván para la dislocación de la URSS, tiene alrededor de 120.000 habitantes, principalmente armenios.
Para agravar los tormentos del enclave, más de 100 personas siguen desaparecidas tras la explosión de un depósito de combustible asaltado por los residentes el lunes por la noche en medio de un éxodo. La tragedia dejó al menos 68 muertos y 290 heridos.
