Un siglo después de haber sido popularizada por el estafador estadounidense Charles Ponzi -que le dio su nombre- y quince años después de que el financiero Bernard Madoff la hiciera famosa, la estafa de la "pirámide Ponzi" todavía tiene adeptos. Y las víctimas... El último escándalo está causando revuelo en el pequeño mundo financiero de la City de Londres. El lunes se abrió el juicio de la sociedad de inversión London Capital al otro lado del Canal de la Mancha.
Londres Capital
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Las cantidades malversadas habrían permitido a los supuestos instigadores del fraude adquirir bienes de lujo. El ex director general de la empresa, Michael Thomson, que niega los hechos, adquirió, por ejemplo, una casa de campo, dos caballos de carreras, dos relojes de lujo (Rolex y Patek Philippe) e incluso cuatro rifles de caza. Otros administradores de la LCF habrían gastado el dinero recibido en lingotes de oro, viajes, grandes propiedades, terrenos en el Caribe, estatuas de bronce, coches de lujo (Porsche, Rolls-Royce), quads o incluso donaciones al Partido Conservador británico.
El castillo de naipes finalmente se derrumbó en 2019, lo que desencadenó investigaciones penales y regulatorias, así como una investigación de la Autoridad de Conducta Financiera, el regulador del sector financiero británico. Desde entonces, los perjudicados han podido obtener 58 millones de libras del fondo público de compensación del Financial Services Compensation Scheme, a los que se han añadido 114 millones de libras aportados por el Tesoro británico. “Pero estos fondos de rescate sólo representan hasta el 80% de las pérdidas de las víctimas, hasta un máximo de £68.000”, informa The Times. Por tanto, las víctimas cuentan con el juicio en curso para obtener una indemnización adicional. Se espera que el juicio dure veinte semanas, o cinco meses, según la prensa británica. Una duración acorde con el asunto, que el Financial Times describe como “uno de los mayores escándalos relacionados con el ahorro personal en el Reino Unido en los últimos años”.