Un centenar de manifestantes se concentraron este sábado en Toulouse frente a los locales de la Asociación Protectora de Animales (SPA). Entre ellos, voluntarios y empleados acudieron a denunciar los actos de gran violencia que varios dicen haber presenciado en el interior del albergue. Según información de France 3 Occitanie, numerosos testimonios han mencionado graves actos de crueldad contra los animales allí alojados, como palizas o ahorcamientos con correas estranguladas. Pero también condiciones de vida insalubres, falta de cuidados necesarios e incluso “prácticas de experimentos científicos con animales contrarias a las normas”.
Los actos de crueldad fueron presuntamente cometidos por un empleado con fama de violento, que actuó con pleno conocimiento de sus superiores. A raíz de los informes de varios voluntarios y empleados, se contactó con el departamento de medio ambiente y maltrato animal del Tribunal de Apelación de Toulouse. Se abrió una investigación judicial contra este empleado, además del presidente y el vicepresidente de la asociación, quienes supuestamente lo encubrieron.
En la asociación, los empleados afirman que fueron obligados a realizar una eutanasia “artesanal”, “para hacer espacio en la perrera”. La eutanasia de un animal requiere, por ley, la presencia de un veterinario autorizado. En ocasiones, estas operaciones se llevaron a cabo sobre el terreno. Se han presentado "una treintena de denuncias" en este sentido ante la fiscalía de Toulouse, según Céline Gardel, presidenta de 4Pattounes, una asociación de rescate de animales.
Un testigo contó a nuestros compañeros de France 3 una anécdota particularmente impactante. Mientras una persona había venido a adoptar un perro, “el empleado fue a buscar al perro, un pequeño Staff, de su box”. Luego supuestamente “se puso la correa alrededor del cuello”. Mientras el perro mordía la correa, el empleado perdió la paciencia y lo levantó tirándolo de la cuerda. “El perro se estaba estrangulando. Luego lo empujó violentamente al suelo. Si no hubiésemos intervenido para decirle que parara, el animal habría muerto”, relató este testigo. El adoptante presentó una denuncia contra este empleado.
Esta situación se remonta a “unos diez años”, según los manifestantes presentes el sábado frente al local. Paralelamente a los actos de violencia contra los animales, la SPA de Toulouse está acusada de conflictos de intereses, gestión opaca en su gobernanza e incumplimiento de la legislación laboral. El representante de la CGT en el refugio SPA de Toulouse evoca un clima laboral nocivo, insultos y amenazas por parte del presidente y su vicepresidente. También está en marcha una investigación sanitaria en las instalaciones del albergue de Toulouse, llevada a cabo por la dirección departamental de protección de la población.
Por su parte, la dirección niega estas acusaciones. “Si un empleado ha sido violento, todavía no nos han informado. En cuanto a la eutanasia, sólo la llevan a cabo cuatro especialistas que acudieron a una licitación”, reaccionó Anne-Marie Aubert, vicepresidenta voluntaria de la SPA de Toulouse, una de las demandadas. “Por el momento todo lo que se dice es falso”, afirmó.
