Una colección de arte francés, adquirida con motivo del nacimiento del nuevo Estado Checoslovaquia para su galería nacional, celebra este año su centenario. En la adquisición de obras de Paul Cézanne, Paul Gauguin, Vincent Van Gogh y Pablo Picasso participaron destacados políticos, incluido el ex presidente de la República Checoslovaca, Tomas Garrigue Masaryk.
La colección, que incluye 44 pinturas, 25 estatuas, 22 dibujos y alrededor de 170 obras de arte gráfico, es "la joya de nuestra Galería Nacional", dice la curadora e historiadora Anna Pravdova. Con motivo del aniversario, la Galería Nacional ha preparado conferencias, visitas guiadas, una audioguía y un documental sobre la compra.
Los lazos entre Praga y París se debilitaron cuando Francia se retiró de un tratado comercial con Checoslovaquia en 1923, cinco años después de la independencia del país, tras la Primera Guerra Mundial. El mismo año, la visita a Praga del héroe de guerra francés Ferdinand Foch fue interrumpida por estudiantes radicales que protestaban contra su visita.
Para restablecer buenas relaciones con París, Praga había decidido invertir masivamente en el arte francés y satisfacer a los artistas locales que esperaban esta adquisición desde hacía mucho tiempo. Temiendo la reacción de la opinión pública ante su grandioso plan, el gobierno intentó ignorar el desembolso de cinco millones de coronas checas, una suma colosal, equivalente en aquella época al precio de 64 coches de lujo o de una veintena de aviones de combate.
Un comité dirigido por el coleccionista de arte Vincenc Kramar eligió primero entre 400 obras francesas expuestas temporalmente en Praga y luego viajó a París para completar esta elección.
“La famosa compra por parte del Estado checoslovaco es absolutamente excepcional en cuanto a su calidad, todas las piezas son extraordinarias, auténticas piezas de museo”, confirma Brigitte Léal, subdirectora del museo de arte moderno del Centro Pompidou. "Los artistas llevaban mucho tiempo buscando comprar obras excepcionales para las colecciones nacionales y tenían contactos importantes en las galerías francesas", dijo Pravdova a la AFP.
Praga adquirió así El campo de trigo verde con cipreses de Van Gogh, La casa y la granja de Jas de Bouffan de Cézanne y Dos mujeres entre las flores de Claude Monet. La suma se incrementó en un millón de coronas para obtener también Los amantes de Auguste Renoir.
El valor actual de la colección se estima en 40 mil millones de coronas (o 1,63 mil millones de euros). Pravdova recuerda que en aquella época los artistas franceses eran modelos para sus homólogos checos. "Pensaron que era importante tener arte francés desde el siglo XIX hasta el presente para ilustrar su desarrollo y servir a fines educativos", dijo la Sra. Pravdova.
En pleno frenesí, el propio Kramar gastó también el dinero destinado inicialmente a la compra de obras checas en tres cuadros: dos de Picasso y el famoso autorretrato de Henri Rousseau Yo mismo, retrato de paisaje de 1890. problemas, las autoridades no estaban muy contentas”, recuerda en el documental el historiador de arte Nikolaj Savicky.
“Pero así fue como Checoslovaquia obtuvo uno de los cuadros más famosos de todos los tiempos por un precio muy razonable”, subraya. Las obras adquiridas en 1923 forman ahora parte de la exposición permanente de la Galería Nacional de Praga. Rara vez se prestan porque son demasiado frágiles para viajar, confiesa Pravdova.
