Hace dos años, el 24 de febrero de 2022, columnas de vehículos blindados y tanques rusos cruzaron las fronteras de Ucrania por el norte, el sur y el este y se dirigieron hacia Kiev, Járkov u Odesa. Sin embargo, después de unas semanas, los rusos tuvieron que retirarse parcialmente ante la feroz resistencia ucraniana, que sorprendió incluso a Occidente. En otoño de 2022, Kiev incluso logró dos contraofensivas, en Járkov y Jersón.
Desde entonces, sin embargo, los rusos han ido recuperando lentamente la iniciativa a lo largo de los 1.000 kilómetros de frente que forman un corredor terrestre entre la aislada Crimea y el Donbass, vinculado a Rusia. En el Sur, la fallida contraofensiva ucraniana de este verano no cambió la situación, sino todo lo contrario. A principios de 2024, los rusos, que acaban de ganar la larga batalla de Avdiivka, vuelven a cantar un discurso de victoria, tanto para volver a motivar a sus tropas como para sacudir las opiniones en el bando occidental.
Sin embargo, desde hace un año y medio, la línea del frente parece en gran medida estable. En este país de 600.000 km2 más grande que Francia continental, los cambios se refieren al grosor de la línea en el mapa del conflicto. Pero esta relativa fijeza de posiciones no significa que el conflicto, que se ha convertido en una larga guerra de desgaste, no esté evolucionando. Con mapas de apoyo, Le Figaro regresa en vídeo a la dinámica actual del conflicto, dos años después del estallido de la invasión rusa.
