Más de 4.000 personas fueron evacuadas de una zona inundada tras la rotura de una presa el viernes en la región rusa de Oremburgo, en los Urales, anunciaron el sábado las autoridades regionales, en un incidente que también se produjo en medio del deshielo. “4.208 personas, entre ellas 1.019 niños, fueron evacuadas”, anunció en Telegram el servicio de prensa del gobernador regional, Denis Pasler.
En total, poco más de 2.500 casas quedaron “inundadas” en esta región fronteriza de Kazajstán, dijeron en un comunicado de prensa.
Las personas evacuadas son redirigidas “a centros de alojamiento temporal”, afirmó Denis Pasler en otro mensaje, anunciando una ayuda financiera excepcional.
Estas importantes inundaciones se producen un día después de la rotura de una presa el viernes en Orsk, localidad situada en la frontera con la vecina Kazajistán, explicó la fiscalía regional, que sigue el caso.
Según esta fuente, en marzo se hizo "una advertencia" al ayuntamiento de Orsk sobre una "violación de la legislación sobre la protección de la población y los territorios contra emergencias naturales y provocadas por el hombre".
Según las autoridades regionales, la presa, que se derrumbó parcialmente, está oficialmente diseñada para un nivel del Ural, el gran río de la región, de 5,5 metros, frente a los 9,6 metros actuales.
Las autoridades regionales, por su parte, también mencionaron el derretimiento de la nieve que provoca "la crecida" de los ríos de la región -incluidos los Urales- como una "razón" adicional de las inundaciones.
El Ministerio de Situaciones de Emergencia de Rusia publicó un vídeo de las evacuaciones, que muestra el agua entrando en las casas y a los civiles siendo evacuados por los rescatistas con los pies en el agua.
Algunos ancianos fueron ayudados por varios socorristas a salir de sus casas inundadas, según estas imágenes.
Estas inundaciones debidas al deshielo también están afectando a Kazajstán, país fronterizo con Rusia, lo que llevó al presidente Kassym-Jomart Tokaïev a pronunciarse en un discurso televisado.
El líder habló el sábado de "un desastre natural", "quizás el mayor, en términos de escala y consecuencias, de los últimos 80 años".
“La situación es difícil, pero no debemos desesperarnos (...) Lo principal es evitar pérdidas humanas”, aseguró, anunciando que “debido a las inundaciones, se declararon situaciones de emergencia local en diez regiones del país.
