El autor de un tiroteo en un club nocturno LGBT en el oeste de Estados Unidos se declaró culpable el lunes y se espera que sea condenado a cadena perpetua. Armado con una pistola y un rifle de asalto, Anderson Lee Aldrich abrió fuego el 19 de noviembre de 2022 en el "Q Club", en Colorado Springs, matando a 5 e hiriendo a 18, justo después de un show de drag queens. Este joven de 23 años, que según sus abogados se identifica como no binario, había sido dominado por dos clientes que lo habían derribado al suelo y lo habían desarmado.
La justicia había presentado 305 cargos en su contra, incluidos los de asesinato y tentativa de asesinato. Anderson Lee Aldrich, barbudo y corpulento, compareció el lunes ante un juez en Colorado Springs para formalizar su acuerdo de culpabilidad, que evitará un juicio. Los familiares de sus víctimas luego dieron testimonios conmovedores. "Nunca te perdonaré por tu crimen de odio", dijo Sabrina Aston, cuyo hijo Daniel murió en el Club Q.
Al final de esta audiencia, el juez debe imponer una sentencia de cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional. Desde la tragedia han trascendido detalles sobre la caótica vida del asesino, cuyos padres eran drogadictos y que vivió una infancia marcada por la inestabilidad. Pero se debate su motivo: la acusación mencionó la homofobia, que la defensa niega.
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El baño de sangre había reavivado los temores de la comunidad LGBT estadounidense seis años después del peor asesinato de su historia: el 12 de junio de 2016, un estadounidense de origen afgano mató a 49 personas en un club gay en Orlando, Florida. También ilustró una vez más el peligro de las armas de fuego en Estados Unidos, donde hay más armas que personas. Más de 20.000 personas han muerto, incluso por suicidio, desde principios de 2023, según el sitio especializado Gun Violence Archive.
