El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, concluye este jueves 25 de enero en Angola una gira africana con el objetivo de mantener la influencia de Washington en un continente donde China y Rusia están cada vez más presentes. Después de Nigeria, gigante demográfico y primera economía de África, llegó el miércoles por la tarde a Luanda, capital de esta antigua colonia portuguesa y gran productora de petróleo.
Está previsto que se reúna el jueves por la mañana con el presidente Joao Lourenço, que se reunió con Joe Biden en la Casa Blanca hace dos meses, antes de abandonar este país del sur de África por la tarde. Los dos países se han acercado en los últimos años. El presidente Biden elogió una asociación “más importante que nunca” en noviembre, después de recibir a su homólogo.
Estados Unidos ha invertido especialmente en el “Corredor Lobito”, un importante proyecto de infraestructura que une la República Democrática del Congo y Zambia a través del puerto de Lobito en Angola. También se espera que se discuta la reciente retirada de Angola de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), en medio de desacuerdos sobre las cuotas de producción de petróleo, al igual que los esfuerzos de Angola para poner fin al conflicto en el este de la República Democrática del Congo.
Antes de Angola, Antony Blinken visitó Cabo Verde, Costa de Marfil y Nigeria. La visita de Antony Blinken se produce tras la del ministro chino de Asuntos Exteriores, Wang Yi, que visitó Costa de Marfil, última parada de una gira africana que le llevó a Egipto, Túnez y Togo.
Washington considera a Beijing su principal rival estratégico y se presenta como un mejor socio para África que China, que financia grandes proyectos de infraestructura con préstamos. Pero la última visita de un presidente estadounidense a África se remonta a 2015, cuando Barack Obama visitó Kenia y Etiopía.
