El líder de Hezbolá, Hassan Nasrallah, prometió el viernes que haría pagar a Israel "con sangre" el precio de los civiles asesinados en el Líbano esta semana, asegurando que los misiles de precisión de su partido podrían alcanzar el extremo sur del país enemigo. "Nuestras mujeres y nuestros niños que fueron asesinados (...), el enemigo pagará el precio de su sangre derramada", declaró el líder del movimiento islamista libanés en un discurso televisado.
Sus comentarios se produjeron después de los mortíferos ataques israelíes contra el sur del Líbano el miércoles, que dejaron al menos 15 muertos, diez civiles y cinco combatientes de Hezbolá, según un recuento de la AFP basado en cifras de la Defensa Civil. Los ataques se llevaron a cabo en represalia por un ataque con cohetes no reivindicado desde el Líbano contra una base militar en el norte de Israel, que mató a una mujer soldado. El grupo islamista anunció el jueves por la noche que había disparado decenas de cohetes contra el norte de Israel, como primera respuesta a los ataques israelíes.
El miércoles fue el día más sangriento desde que comenzó el fuego fronterizo entre Hezbollah y el ejército israelí hace más de cuatro meses. “Creemos que lo ocurrido fue intencionado”, afirmó Hassan Nasrallah sobre los civiles asesinados, afirmando que “el enemigo pretende presionar a la resistencia” (Hezbolá, nota del editor) para que detenga los combates.
"La respuesta a la masacre debe ser continuar la resistencia en el frente y la escalada" de los combates, afirmó. Advirtió que su formación dispone de “misiles de precisión” que pueden cubrir el territorio israelí “desde Kiryat Shmona (norte) hasta Eilat (sur)”. Hassan Nasrallah advirtió que esta vez Hezbollah tomaría represalias atacando también a civiles, y no a “posiciones (...) o equipos de espionaje”, como ha hecho principalmente hasta ahora.
Hezbolá abrió un frente en la frontera entre Israel y el Líbano para apoyar a su aliado, el Hamas palestino, en guerra contra Israel en la Franja de Gaza desde el ataque sin precedentes del movimiento islamista en el sur de Israel el 7 de octubre. El viernes, el poderoso movimiento respaldado por Irán se atribuyó la responsabilidad de al menos cinco ataques contra posiciones militares israelíes en la frontera y anunció la muerte de tres de sus combatientes, según un nuevo informe. Tres combatientes del movimiento chiita Amal también murieron en ataques israelíes durante la noche del jueves al viernes, según el grupo, aliado de Hezbolá.
El movimiento Amal, liderado por el presidente del Parlamento, Nabih Berri, anunció también que los funerales de los siete miembros civiles de una misma familia muertos el miércoles en un ataque a su edificio en Nabatiyé (sur) tendrán lugar el sábado. En más de cuatro meses, al menos 269 personas, en su mayoría combatientes de Hezbolá y otros grupos aliados, pero también 40 civiles, han muerto en el sur del Líbano, según un recuento de la AFP. Del lado israelí, diez soldados y seis civiles murieron, según el ejército.
