Una reunión de emergencia dedicada a Ecuador, debilitado como nunca antes por la violencia vinculada al narcotráfico, comenzó el domingo en Lima, Perú, y reunió a países vecinos muy preocupados, miembros de la Comunidad Andina. Estos países -Colombia, Perú, Bolivia, Ecuador- pretenden definir acciones conjuntas contra la proliferación y expansión de bandas dedicadas al narcotráfico y al crimen organizado, y cuyas ramificaciones internacionales han puesto en alerta a las zonas fronterizas.
"Esta realidad requiere que actuemos de manera coordinada", subrayó el jefe del gobierno peruano, Alberto Otarola. “No hay país seguro si su vecino sufre el ataque sin sentido de estos grupos. Este problema debe abordarse con fuerza”, añadió. La reunión fue convocada por la presidencia rotatoria de Bolivia. Perú y Colombia ya han reforzado sus controles fronterizos, por temor a la penetración de delincuentes que huyen de la represión cada vez mayor en Ecuador.
Ecuador, considerado un país relativamente seguro, lleva cinco años sumido en la violencia, en un contexto de desaceleración económica y empobrecimiento tras la pandemia de Covid-19: la tasa de homicidios aumentó de 6 a 46 por cada 100.000 habitantes en 2023. Situado entre Colombia y Perú, el mayor productor de cocaína del mundo, Ecuador ha permanecido durante años al abrigo de la violencia vinculada al narcotráfico.
Pero de un simple país de tránsito se ha convertido en un centro de operaciones y logística para el envío de cocaína a Europa. Y una veintena de bandas dominan literalmente la ley, sobre todo desde las prisiones. El 9 de enero se dio un paso más en el terror con el asalto en vivo a la televisión pública TC por parte de hombres encapuchados y fuertemente armados, que tomaron brevemente como rehenes a periodistas y empleados del canal antes de que la policía no lograra liberarlos, arrestando a 13 atacantes.
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Ocho días después, el fiscal antimafia César Suárez, encargado de investigar este espectacular atentado, fue asesinado a tiros a plena luz del día en el centro de Guayaquil. El joven presidente Daniel Noboa declaró el estado de emergencia y declaró al país “en guerra interna” contra bandas calificadas de “terroristas”, desplegando más de 20.000 soldados sobre el terreno. El domingo estallaron nuevos actos de violencia en Guayas, en el suroeste. La policía ecuatoriana anunció más de 68 arrestos en las filas de una pandilla acusada de intentar tomar un hospital. También fueron incautadas armas de fuego y drogas.
