Más de cuarenta rehenes retenidos en prisiones de Ecuador han sido liberados, con lo que el número de personas que aún están en manos de los amotinados asciende a 136, anunció este sábado la Administración Penitenciaria Ecuatoriana (SNAI).
El SNAI no proporcionó ninguna información sobre las circunstancias de su liberación, sino que se limitó a afirmar que 133 guardias y 3 funcionarios seguían secuestrados en las prisiones del país, según un comunicado de prensa publicado a última hora de la tarde.
Un boletín anterior informó de 175 guardias y funcionarios tomados como rehenes desde la crisis de seguridad sin precedentes que afecta a este país asolado por la violencia de bandas criminales vinculadas al narcotráfico.
Las últimas 24 horas han estado marcadas por nuevos actos de violencia en las cárceles, que dejaron al menos un guardia muerto y otro herido, según el SNAI.
Especialmente de madrugada se produjeron “enfrentamientos armados” entre fuerzas de seguridad y presos en el centro penitenciario de Machala (suroeste).
El ejército y la policía llevaron a cabo "intervenciones para restablecer el orden y la normalidad" en cárceles de seis ciudades, como la de Cuenca (sur), donde los reclusos subieron a los tejados después de que se escucharan disparos en el interior del establecimiento.
Durante la noche, al menos 5 presos también se fugaron del complejo penitenciario de Guayaquil. Dos de ellos fueron devueltos, según el SNAI.
El anuncio de la fuga el 7 de enero del centro penitenciario de Guayaquil (suroeste) del temido líder de la banda de los Choneros Adolfo Macías, alias “Fito”, provocó una ola de motines con toma de rehenes en al menos cinco cárceles y ataques contra las fuerzas del orden. y otros actos destinados a sembrar el terror. Según la última actualización oficial, al menos 19 personas murieron.
El joven presidente Daniel Noboa declaró el estado de emergencia y ordenó al ejército neutralizar a estas bandas criminales, ahora consideradas “terroristas”.
Se desplegaron más de 22.400 soldados, se llevaron a cabo patrullas terrestres, aéreas y marítimas, registros y operaciones totales en las prisiones, mientras se imponía un toque de queda.
Luego de una ola de pánico en todo el país provocada por el ataque en vivo el martes a los estudios de una televisión pública en Guayaquil, la situación ha vuelto a una relativa normalidad.
