Habían enviado dinero a sus hijos que se habían unido al grupo Estado Islámico (EI) en Siria, quien les pidió ayuda: juzgadas en París por "financiar el terrorismo", dos madres de yihadistas afirmaron el miércoles que sólo habían actuado de solidaridad familiar.
Los fondos transferidos estaban destinados “no al Estado Islámico, sino a mi hija”, afirmó Valérie B., de 60 años, el segundo día del juicio ante el tribunal penal de París. La Justicia le acusa de haber enviado más de 6.000 euros a tierras del autoproclamado “califato”. Su hija Cléa, convertida y radicalizada, aún no tenía 17 años cuando partió hacia Siria a finales de 2013. Murió allí en un bombardeo en 2019, y sus hijos nacieron allí. “Ella no se fue a luchar”, argumentó ante el tribunal la sexagenaria, quien afirmó sentirse “sola en el mundo” en sus esfuerzos por traerla de regreso.
Durante muchos meses, madre e hija intercambiaron numerosos mensajes, y Cléa a veces le pedía dinero, “llena de pánico” ante la situación muy difícil que vivían allí. “Le envié dinero para que regresara y la mantuviera”, resume la madre. “Para mi hija, habría enviado todo lo que tenía”, añade.
"No le enviaste lo que tenías, sino lo que el Estado (francés) te había dado para evitar la radicalización", bromea el representante de la fiscalía, Benjamin Chambre, en referencia a los cargos de "abuso de confianza" que también se refieren a la acusado. Los tribunales la acusan de haber malversado más de 50.000 euros de las cuentas de asociaciones de padres en apuros que ella había fundado y que las autoridades públicas subvencionaban en gran medida.
Otra madre, Anne S., de 48 años, procesada por haber enviado más de 10.000 euros a sus hijos que se fueron a Siria, también se defendió destacando la situación material que se había vuelto muy difícil para sus hijos. “Rechazo la acusación de financiación del terrorismo. ¡Si queréis condenarme, condenadme por haber preservado la vida de mis hijos!”, exclamó. Su hija, devuelta a Francia en 2022, está hoy encarcelada, mientras que su hijo está detenido por las fuerzas kurdas en Siria.
Para el fiscal, las sumas transferidas son sustanciales: en cualquier caso, permitieron a los yihadistas afectados “triplicar” sus ingresos con respecto a lo que les pagaba ISIS. Además, “mandar dinero a alguien que está en un grupo terrorista, aunque te digan que es para comida, es un delito, eso es lo que es”, dijo el representante de la fiscalía.
