Colombia sacrificará a algunos de los 166 hipopótamos que descienden de un linaje que perteneció al ex narcotraficante colombiano Pablo Escobar y que se reproducían sin control, anunció este jueves el Ministro de Medio Ambiente.
Junto a la esterilización y traslado de individuos a otros países, la muerte asistida de mamíferos que proliferan en un río local, el Magdalena, será una de las tres medidas que tomen las autoridades para evitar los daños causados por esta especie invasora. "La primera etapa de este plan de gestión comienza" con "la fase de esterilización" de una veintena de machos hasta finales de año, afirmó Susana Muhamad durante una rueda de prensa. "Una parte" será sacrificada, añadió, sin dar una cifra precisa ni cuándo podría comenzar el proceso de eliminación.
Y se enviarán ejemplares a México, India y Filipinas, países dispuestos a recibirlos. Estos herbívoros de casi dos toneladas viven en libertad en la provincia de Antioquia, en el norte de Colombia, y forman la manada de hipopótamos más grande fuera del continente africano. Sin embargo, los expertos dicen temer que se produzcan accidentes graves.
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Los pescadores fueron atacados en el río y los hipopótamos invadieron el patio de una escuela cerca del pueblo de Doradal. Los biólogos advierten que están desplazando a la fauna local, incluido el manatí en peligro de extinción. Los ganaderos, por su parte, denuncian los daños causados por sus andanzas nocturnas. En abril, un hipopótamo fue atropellado mortalmente por un camión.
A finales de los años 80, Pablo Escobar adornó el zoológico de su fantástica hacienda, a unos cien kilómetros al sureste de Medellín, con un puñado de hipopótamos. Cuando murió (fue asesinado por la policía en 1993), los animales quedaron abandonados a su suerte y se reprodujeron sin control en una región atravesada por ríos, pantanos y marismas. Un hábitat perfecto para este mamífero que permanece en el agua gran parte del día, antes de salir al anochecer a pastar en la hierba.
Mientras investigadores de la Universidad Nacional, organismo público, estiman que se podrían alcanzar los mil ejemplares en 2035 si no se controla esta población, organizaciones animalistas destacan que la esterilización causa sufrimiento al animal y pone en peligro la vida de los veterinarios. David Echeverri, representante de la organización que se encargará de las operaciones, reconoce al respecto los riesgos de reacción alérgica a la anestesia que podría provocar la muerte del animal.
