China volvió a caer en la deflación en octubre, según las estadísticas oficiales publicadas el jueves 8 de noviembre, en un momento en que el gobierno está tratando de reactivar la segunda economía más grande del mundo que lucha contra un consumo lento.
El índice de precios al consumidor del mes pasado, el principal indicador de la inflación, cayó un 0,2 por ciento interanual, contrayéndose por segunda vez este año, según la Oficina Estatal de Estadísticas. Este índice ya se había contraído en julio un 0,3% interanual, antes de volver al color verde en agosto y septiembre. La contracción está relacionada con la menor demanda de los consumidores después del período de vacaciones de mediados de otoño y otros factores, como la alta oferta de productos agrícolas, dijo el jueves Dong Lijuan, estadístico de la oficina de estadísticas, en un comunicado de prensa. Los precios de los alimentos, el tabaco y el alcohol registraron las mayores caídas en octubre; en particular, el precio de la carne de cerdo cayó un 30,1% interanual.
A diferencia de la inflación, la deflación se caracteriza por una disminución duradera y autosostenida del nivel general de bienes y servicios. Aunque los productos más baratos pueden parecer beneficiosos para el poder adquisitivo, los precios más bajos pueden representar una amenaza para la economía, ya que los consumidores tienden a posponer las compras con la esperanza de obtener mayores descuentos. La baja demanda puede entonces obligar a las empresas a reducir la producción, congelar contrataciones o despidos y aceptar mayores reducciones para vender su inventario, lo que obstaculiza la rentabilidad incluso si los costos siguen siendo los mismos.
China experimentó un breve período de deflación a finales de 2020 y principios de 2021, en gran medida debido al colapso del precio de la carne de cerdo, la carne más consumida en el país. Antes, el último período deflacionario se remonta a 2009. Para Zhiwei Zhang, economista jefe de Pinpoint Asset Management, estos datos muestran que “la demanda interna sigue siendo débil”. Pero ve señales de un mayor apoyo de Beijing a su economía. "Con el aumento del déficit presupuestario y el apoyo del gobierno a los promotores inmobiliarios (...) la demanda interna probablemente mejorará el próximo año", afirmó el economista.
