Un cable submarino de telecomunicaciones entre Suecia y Estonia fue dañado por "una fuerza externa" o "manipulación", probablemente al mismo tiempo que el gasoducto entre Finlandia y Estonia, informó el lunes (23 de octubre) el gobierno sueco del Ministerio de Defensa.
“Se confirmó que el cable fue dañado por fuerza externa o manipulación. Los daños no afectaron al funcionamiento del cable (...) y se produjeron en la zona económica de Estonia”, dijo el ministerio en un comunicado.
El 17 de octubre, el gobierno sueco indicó que había recibido información de que un cable de telecomunicaciones que conecta los dos países había sido dañado, sin poder identificar la causa.
Este incidente tuvo lugar en la misma "ventana de tiempo" que el posible sabotaje del gasoducto Balticconnector que abastece a Finlandia desde Estonia y del cable de telecomunicaciones entre estos dos países, según el gobierno. En cuanto al gasoducto, Finlandia centra su investigación en un barco chino que se encontraba en el lugar del daño.
“Estonia informó que se identificaron rastros de impactos físicos (en el cable, nota del editor). También estimó que los daños causados al gasoducto y al cable de comunicación entre Finlandia y Estonia están relacionados con los daños causados al cable de comunicación entre Suecia y Estonia”, dijo Carl-Oskar Bohlin, Ministro de Defensa Civil.
Del lado sueco, “el barco de las fuerzas armadas suecas HMS Belos fue desplegado en el lugar para investigar”, señaló el ministro de Defensa, Pål Jonson. Diez países del norte de Europa, entre ellos Finlandia, Suecia y Estonia, acordaron a mediados de octubre trabajar para reforzar la vigilancia de sus infraestructuras esenciales tras el cierre del gasoducto en Finlandia.
La OTAN también ha reforzado su presencia en el Mar Báltico. Hay un conjunto de “cables, tuberías e infraestructura en el fondo marino que es absolutamente fundamental para la transferencia de datos (...) y todo lo que esté controlado digitalmente. Las vulnerabilidades hoy son mucho mayores”, señaló el primer ministro sueco, Ulf Kristersson, durante la reunión entre los diez países del norte de Europa.
