El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, inicia el lunes una gira de una semana por la costa occidental de África. El objetivo es mantener la influencia de Estados Unidos en un continente donde la competencia de Pekín y Moscú es fuerte mientras la inestabilidad en el Sahel es más preocupante que nunca. El jefe de la diplomacia estadounidense comienza el lunes con una breve escala en Cabo Verde antes de dirigirse a Costa de Marfil, luego Nigeria y Angola.
Esta es su primera visita al África subsahariana en diez meses, en un momento en que la guerra en Ucrania y el conflicto entre Israel y Hamás dominan las noticias internacionales. Su presidente Joe Biden había prometido visitar África en 2023, pero no cumplió ese compromiso.
Desde la última visita de Antony Blinken a la región en marzo de 2023, el panorama político ha evolucionado algo. En su momento, viajó a Níger para apoyar al presidente electo Mohamed Bazoum en este país donde Estados Unidos cuenta con más de mil soldados y bases de drones para la lucha contra los yihadistas.
Pero cuatro meses después, el ex presidente fue derrocado por un golpe militar y el nuevo régimen busca diversificar sus socios: los soldados franceses han sido expulsados y los vínculos con Moscú se están fortaleciendo. Rusia ha desarrollado su influencia en varios países africanos de habla francesa en los últimos años, en particular con la presencia del grupo paramilitar Wagner en la República Centroafricana y Mali y relaciones privilegiadas con Burkina Faso.
La situación de seguridad en el Sahel sigue siendo preocupante: grupos yihadistas vinculados a Al Qaeda o al Estado Islámico siguen perpetrando sangrientos atentados en Mali, Burkina y Níger, tres países dirigidos por militares que llegaron al poder durante golpes de Estado. En Níger, los estadounidenses han mantenido por el momento su base y sus soldados, pero Washington está considerando otras opciones, en particular en países costeros más estables. Se están estudiando “varias ubicaciones” para una base de drones, según palabras pronunciadas el año pasado por el general James Hecker, comandante de la Fuerza Aérea estadounidense para Europa y África.
Durante esta visita a África Occidental, Antony Blinken ayudará a los países “en todos los frentes a fortalecer sus sociedades y luchar contra la expansión de la amenaza terrorista que observamos en el Sahel”, explica Molly Phee, subsecretaria de Estado para África que visitó Níger en diciembre. . También alentará a los países a hacer de "la seguridad de los civiles durante las operaciones militares y la promoción de los derechos humanos y el desarrollo comunitario" una prioridad, añadió a la prensa.
Antony Blinken, perfectamente francófono y aficionado al fútbol, llegará el lunes por la tarde a Abiyán, donde Costa de Marfil disputa un partido decisivo de la Copa Africana de Naciones que organiza actualmente. Su visita se produce pocos días después de la de su homólogo chino, Wang Yi, que también visitó Togo, Túnez y Egipto. Beijing ha sido durante mucho tiempo muy activo en el continente, en particular financiando infraestructura en muchos países.
En Costa de Marfil, el Secretario de Estado estadounidense se felicita de la consolidación de la democracia desde que Alassane Ouattara llegó al poder en 2011. El país ha recuperado una relativa estabilidad tras una grave crisis postelectoral en 2010-2011 que dejó más de 3.000 muertos. Limitando con Mali y Burkina, hasta ahora ha logrado frenar la amenaza yihadista. El último incidente vinculado a estos grupos armados en el norte del país se remonta a principios de 2021.
Según un estudio del International Crisis Group (ICG), el enfoque del gobierno de Ouattara, basado a la vez en una respuesta militar y en el desarrollo económico de las zonas afectadas, en particular de los jóvenes, está dando sus frutos.
La administración Biden anunció el año pasado un plan decenal para fomentar la estabilidad y evitar conflictos en Benín, Ghana, Guinea, Costa de Marfil y Togo, países costeros que están en el punto de mira de los grupos yihadistas. Este plan, que fomenta en particular una respuesta social, se diferencia claramente del enfoque anterior, que se centraba más en la seguridad.
