Un hombre liberado de prisión en 2012 después de 27 años de detención, en particular por el asesinato de un agente de policía, fue acusado el miércoles de haber derribado a un profesor cuyo pronóstico de vida estaba en peligro el lunes 8 de enero en Besançon.
Abdelhamid Hakkar fue condenado a cadena perpetua por el asesinato en 1984 de un agente de policía, que siempre negó, luego nuevamente en 2005 durante un segundo juicio, antes de ser puesto en libertad condicional en 2012, después de 27 años de detención.
Debe ser presentado ante un juez de Besançon para ser acusado de “lesiones no intencionadas con ITT (incapacidad laboral total) de más de tres meses”, indicó el fiscal de Besançon, Étienne Manteaux.
La fiscalía solicitará la puesta bajo supervisión judicial. El lunes, hacia las 19 horas, este hombre de 68 años atropelló violentamente a un profesor de 48 años mientras conducía en Besançon. Luego “se dio la vuelta” para regresar con la víctima, según el magistrado.
La víctima fue trasladada al hospital. Su pronóstico vital todavía estaba en peligro el miércoles por la mañana. “Las circunstancias del accidente aún no están claras”, subraya Étienne Manteaux, que invita a posibles testigos al lugar del accidente a ponerse en contacto con la comisaría de policía de Besançon. Abdelhamid Hakkar, que dio negativo en pruebas de alcohol y drogas, conducía sin permiso de conducir válido desde que le fue anulado en 2017 por un saldo de cero puntos, tras varias infracciones. Afirma que no lo sabía, según la fiscalía.
Tras su primera condena en 1989, Abdelhamid Hakkar apeló ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, que falló a su favor y reconoció un juicio “injusto”. Francia introdujo entonces en su legislación un mecanismo que permitía volver a juzgar a una persona condenada tras una sentencia del TEDH.
Abdelhamid Hakkar continuó sus batallas legales en prisión para impugnar sus condiciones de detención. En 2006, él y nueve reclusos hicieron un llamamiento público para que se restableciera la pena de muerte, preferible según ellos a sentencias excesivamente largas que les hicieran “morir lentamente”.
