Joe Biden lo habrá advertido. El presidente estadounidense "no dudará" en "ordenar otras medidas" para proteger el tráfico comercial mundial, pocas horas después de los ataques perpetrados por Estados Unidos y el Reino Unido la noche del jueves al viernes 12 de enero en Yemen, que provocaron 5 muertos y 6 heridos entre los rebeldes hutíes.
Estos ataques aéreos se producen en respuesta a los repetidos ataques de estos rebeldes yemeníes, que ponen en peligro el tráfico marítimo internacional en el Mar Rojo desde hace varias semanas. Los hutíes atacan periódicamente a los barcos comerciales, a los que acusan de tener vínculos con Israel, al que han declarado la guerra.
Estos ataques, llevados a cabo alrededor de las 00:30 a.m. de anoche, tuvieron como objetivo radares e infraestructura de drones y misiles. Se llevaron a cabo en la capital de Yemen, Saná, y en otras ciudades, Hodeida y Saada, controladas por los rebeldes, informó el viernes el canal de televisión hutí Al-Massirah.
El objetivo era reducir la capacidad de los hutíes para atacar a los buques mercantes en el Mar Rojo, afirmó el ministro de Defensa estadounidense, Lloyd Austin. Un alto oficial militar estadounidense añadió, durante una entrevista con la prensa: "Hemos atacado capacidades muy precisas en lugares muy precisos con municiones de precisión", para "reducir el riesgo de daños colaterales" para los civiles. La OTAN calificó los ataques de "defensivos" y agregó que "tenían como objetivo preservar la libertad de navegación en una de las rutas marítimas más importantes del mundo".
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“Nuestro país se enfrenta a un ataque masivo por parte de barcos, submarinos y aviones estadounidenses y británicos”, declaró el viceministro hutí de Asuntos Exteriores, Hussein Al-Ezzi, citado por los medios rebeldes hutíes, amenazando a Estados Unidos y Gran Bretaña con pagar “el alto precio”. de estos ataques. "No hay justificación para esta agresión contra Yemen, ya que no había ninguna amenaza a la navegación internacional en el Mar Rojo (...), y el objetivo eran y seguirán siendo los barcos israelíes o los que se dirigen a los puertos de la Palestina ocupada", anunció Mohamed Abdel Salam, portavoz de los rebeldes en Yemen. "No nos es posible no responder a estas operaciones" estadounidenses y británicas, añadió.
Los hutíes son una facción rebelde, originaria del noroeste de Yemen y de fe zaidí, una rama del islam chií que representa alrededor del 40% de la población del país. Esta facción se rebeló en 2014 y tomó Saná, la capital de Yemen. Desde entonces, el país ha quedado desgarrado en una mortal guerra civil.
Los rebeldes, que participan en el “eje de resistencia” contra el Estado judío con grupos terroristas apoyados por Irán como el libanés Hezbolá o el palestino Hamás, anunciaron su pleno apoyo a las masacres del 7 de octubre perpetradas por estos últimos contra Israel. Los hutíes se solidarizan con los palestinos y han lanzado varias series de drones y misiles hacia el Estado judío. Están aumentando los ataques en el estrecho de Bab El-Mandeb, amenazando los suministros económicos, porque por esta zona circula el 12% del comercio mundial.
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El 18 de diciembre, Estados Unidos y varios países europeos, en particular el Reino Unido, lanzaron la Operación “Guardianes de la Prosperidad” en respuesta a asegurar el estrecho. En esta operación participaron varias fragatas y destructores, así como el portaaviones USS Dwight Eisenhower. El 31 de diciembre, el ejército estadounidense ya hundió en el Mar Rojo tres barcos hutíes que atacaban un barco.
