El 29 de noviembre de 2020, Romain Grosjean chocó contra una barandilla metálica de seguridad a 191 km/h al volante de su Haas durante el Gran Premio de Baréin. El piloto francés permaneció atrapado en el coche partido en dos y transformado en fuego durante unos treinta segundos antes de poder salir. Escapó con algunas quemaduras. Un milagro dada la violencia del choque y las llamas que rodearon a la Fórmula 1, las de 120 kg de combustible y la batería.
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El monoplaza, que ha sido preservado y escondido de miradas indiscretas para permitir que la investigación de la FIA avance sin problemas, se dará a conocer al público en una exposición que se llevará a cabo en Madrid, denominada "F1 Exhibit", a partir del 24 de marzo. El evento luego se moverá alrededor del mundo. Una sala llamada "Supervivencia" estará enteramente dedicada al Haas, o más bien a lo que queda de él. Los visitantes también podrán descubrir imágenes nunca antes vistas de este terrible accidente.
Romain Grosjean, quien dejó la Fórmula 1 para unirse al campeonato IndyCar en los Estados Unidos luego de este accidente al final de la temporada, patrocinará la exhibición. “Desde mi punto de vista fue un gran accidente pero no me di cuenta del impacto o la violencia de afuera. No fue hasta el día siguiente, cuando le pedí a alguien que me mostrara cómo era, que me di cuenta”, dijo el piloto en una entrevista para el evento.
El ginebrino también volvió a la forma en que logró bajarse del auto. “Tuve que romper el reposacabezas, golpearlo con el casco y finalmente logré pasar el casco y pararme en el asiento. Me di cuenta de que mi pie izquierdo estaba atascado en el marco y tiré tan fuerte como pude de mi pierna izquierda. Mi zapato quedó en el chasis pero se me salió el pie, así que pude salir del auto”, agregó el piloto de 36 años que forma parte del equipo Andretti Autosport desde 2022.